La vida de Daniel Sancho ha cambiado por completo desde que confesase haber asesinado y descuartizado al cirujano plástico Edwin Arrieta. Ha pasado de estar centrado en sus negocios y su faceta como cocinero a estar recluido en la prisión tailandesa de Koh Samui, donde espera la llegada del juicio.
Actualmente se encuentra en un ala de la prisión ubicada al sur de Tailandia ya que, antes de reunirse con los demás reclusos, el hijo de Rodolfo Sancho tendrá que permanecer en aislamiento diez días debido al protocolo contra el Covid-19. El periodo de prisión preventiva puede durar hasta 84 días. Así, Daniel Sancho deberá permanecer en esta prisión de la que sabemos detalles gracias a exreclusos entrevistados por Mia Escobud que han pasado por allí:
A las 6 de la mañana, el guardia de turno despierta con un silbato a los presos para hacer el primer recuento y permitirles posteriormente acudir a las duchas para asearse. Más de 40 presos que coincidirán en los baños -16 duchas y dos abrevaderos- al mismo tiempo. Tras vestir el uniforme que les distingue -mono marrón para los que se encuentran en prisión provisional y mono azul para los que están cumpliendo una condena firme- deberán entonar el himno nacional a las ocho de la mañana.
A las 8:30 horas comienza la hora del desayuno. Cuando llegan al comedor se encuentran con los platos, con "arroz desagradable y caldo maloliente" ya servidos. Cada recluso debe comerse lo que se encuentra en su sitio.
El día a día en la prisión #KohSamui, la cárcel donde Daniel Sancho estará hasta que comience su juicio por asesinato y descuartizamiento a Edwin Arrieta.
— M ???? (@casasola_89) August 7, 2023
Información ofrecida por dos prisioneros que estuvieron en dicha prisión pic.twitter.com/X1OSOziinF
La comida se sirve alrededor de las 12:00 horas y suele ser arroz y huesos de pollo o algún tipo de guiso. Lo que sobre, quedará para la cena. Pueden pedir más comida, pero tiene un sobrecoste de 120 baht, lo que correspondería a 3,14 euros.
Hacinamiento, torturas y abusos de poder
A las 14:00 horas, hay un cuarto recuento y hasta las 16:00h los reclusos tienen tiempo libre. Pueden pasar tiempo en un gimnasio, jugar a la petanca o al ajedrez. También en esta franja horaria deberán cenar ya que una vez finalizado este tiempo, deben volver a las celdas. En ellas, según los testimonios de los entrevistados "no hay camas", aunque antes sí que tenían "hamacas".
Y es que, ahora los reclusos tan solo cuentan con tres mantas: "una para taparse, otra para dormir y otra como almohada". Mantas que posan directamente sobre el frío suelo de la celda sin ningún tipo de protección mayor. "Pasé todo el tiempo allí con las piernas en el inodoro, los pies de otros presos en mi cara. El ancho de mi 'espacio' era de aproximadamente 14 pulgadas de ancho. En un momento de la celda no podías extender las piernas de lo lleno que estaba", contó uno de los reclusos a Mia Escobud.
Hasta las 21:00 horas hay posibilidad de ver televisión, aunque la controla el personal de la prisión y suelen ser programas tailandeses. En la entrevista, realizada en 2016, estos prisioneros denunciaron "torturas y abuso de poder". En la misma, también hablaban del uso de "grilletes" y de ciertos "castigos". También vivían una situación complicada de hacinamiento. Pues ellos estimaban que hay más de 7.000 presos dentro cuando la cárcel está diseñada para albergar a 3.500.