Era marxista y no creía en Dios, pero una fuerza interna (que no sabemos explicar) le hizo convertirse al cristianismo y dejar atrás sus convicciones. Ahora, Kiko Argüello es uno de los líderes católicos más importantes que existen. El Papa Francisco lo sabe y por eso le apoya.
Kiko Argüello fundó en 1964, junto con Carmen Hernández, el Camino Neocatecumenal. Él mismo dice que no es una congregación religiosa, sino que se trata de un movimiento de laicos. No viste como un sacerdote pero le gusta dar sermones, aunque también le fascina cantar y tocar la guitarra en las misas que sus fieles dan en las parroquias adscritas a su cofradía. Es conservador pero rompedor en las formas, según publica El País, este no-sacerdote quiere que las iglesias sean igual de bonitas que las mezquitas porque considera que "la estética es fundamental" y apuesta porque las guitarras sigan sonando en las misas. Su obsesión por la 'fachada' de la Iglesia Católica tiene que ver con su vocación de pintor, de hecho tuvo mucho éxito entre la burguesía madrieña de los años 50.
Sin embargo, su discurso es retrógrado y alejado del que promueve el actual pontífice: "Matan a los ancianos con eutanasias y hay homosexuales por todas partes, los jóvenes se suicidan, hay 300 millones de abortos en China y los padres tienen dos hijos cuando por la paternidad responsable que dicen los curas, deberían tener 11 o 12. Los que Dios mande".
El Camino Neocatecumenal lo comenzó en Vallecas junto con la catequista Carmen Hernández, quien llegó de Bolivia y se instaló en el barrio para ayudar a las familias más pobres. Casi 60 años después, este movimiento católico está establecido y respaldado por el Papa y varios arzobispos y cardenales. Entre ellos se encuentra el polémico cardenal Rouco Varela, quién le encargó los murales de la catedral de la Almudena de Madrid.
Apoyo de Juan Pablo II y Benedicto XVI
Argüello sabe que tiene carisma y que cada vez cuenta con más seguidores, cosa que sus detractores conocen y por eso aseguran que algunas comunidades de 'kikos' funcionan de manera paralela a lo dictado por la Iglesia, pero el Papa percibe el peso tan importante que tiene esta congregación y ha decidido apoyar su funcionamiento. Lo dejó claro el pasado 5 de mayo cuando asistió a la celebración de los 50 años del Camino Neocatecumenal en Roma. Se reunieron 150.000 fieles en la universidad de Tor Vergata y el Papa quiso darles su bendición: "Sois un gran don de Dios para una Iglesia libre de poder, dinero, triunfalismos y clericalismos".
La obtención del beneplácito de 'los kikos' por parte de los obispos tardó en llegar, ya que son muchos los que creen que son demasiado extravagantes. El primero en concederles su aprobación fue el propio Juan Pablo II, que en 2002 les reconoció como parte de la Iglesia Católica. "Sois un particular don del Espíritu Santo para los hombres de nuestro tiempo", les espetó el pontífice fallecido. Su sucesor, Benedicto XVI, tardó más en ofrecerles su reconocimiento. Se lo concedió a lo grande, en una misa ante 7.000 neocatecumenales y cinco cardenales. Aunque para ello, el alemán le advirtió del deber de seguir algunas normas, como la de acudir al menos una vez al mes a misas impartidas por los sacerdotes de la Iglesia.
El éxito de 'los kikos' contraresta la crisis que se vive dentro del 'Opus Dei' o en los 'jesuitas', y es que Argüello cuenta con más de un millón de fieles que se reparten entre 105 países. Además, dispone de 17.000 comunidades, 4.900 parroquias, 52 seminarios y varias universidades, entre ellas la de San Antonio de Murcia. Para algunos, Kiko Argüello se disputa la plaza con el Papa Franciso como el líder más importante del catolicismo de lo que llevamos de siglo XXI.