Se ha pintado como un método revolucionario. Como algo fuera de lo común y un avance estratosférico. La FDA estadounidense aprobó la ketamina como tratamiento contra la depresión o lo que es lo mismo, se aprobó un antidepresivo en spray nasal tildado por muchos medios como el nova más. Todo esto hace pensar en muchas ocasiones la reforma a la que se debe someter la industria farmaceútica de aquí a poco tardar. Empecemos a desgranar.
¿Qué es la Ketamina? Pues se trata de un anestésico disociativo muy usado durante los últimos 40 años en medicina y veterinaria. Con el paso de las años y a medida que se ha ido evolucionando en su uso, "alguien se debió dar cuenta de que, a dosis subanestésicas, la ketamina era capaz de producir una enorme cantidad de efectos que van desde suaves distorsiones perceptivas a alucinaciones muy muy intensas", informa Xataka.
Ya en los años 90, la Ketamina 'danzaba' por Estados Unidos y, aunque ya se comercializaba en farmacéuticas, fue la cultura dance quien la popularizó como una droga 'controlada' por EEUU.
Después, en la década de los 2000, hablamos de la Ketamina como un anestésico fuertemente controlado y es en esa época cuando, sorpresa, se empiezan a ver indicios de que esta droga puede tener efectos positivos en las personas con depresión. Y, en 2017, se empieza a hablar de ella como "el avance más importante en el tratamiento de la depresión en más de 50 años", según una revista sistemática.
Todo tiene truco: la ketamina ya se está vendiendo en farmacias
Llegados a este punto... ¿está legalizada la ketamina? Pues, oficialmente no, pero las farmeceúticas están vendiendo prácticamente el mismo compuesto tan solo cambiando un 'ingrediente' trivial, pero que finalmente deja los mismos efectos que la original. Muy 'zorros', como diría David Broncano. Pues bien, eso es lo que ha aprobado la FDA y que se llama esketamina.
Con la esencia de la Ketamina pero cambiando algo banal, se ha puesto en el mercado un producto que cuesta entre 590 y 885 dólares sus dosis, mientras que la original, la de toda la vida, costaría sólo 10.
Ya para concluir, cabe destacar que esta aprobación no ha estado exenta de polémica. Según varios expertos, el procedimiento de aprobación ha sido un poco menos exigente de lo habitual. "Es igual de mala y de buena que el resto de antidepresivos", dice el informe. Mientras tanto, esta ketamina modificada con un simple elemento sigue vendiéndose en las farmacias.