Kassi Hogan, una joven de 18 años, se ha convertido en viral por compartir su duro testimonio: permaneció en muerte clínica durante 7 minutos cuando tenía 18 años. La joven revela que "tomó una decisión estúpida" que le llevó a quedar sin vida durante todo este tiempo. Ahora, cuenta qué experimentó en este trance.
"Estaba atascada en un túnel al principio, pero luego terminé en las estrellas. Podía ver la galaxia, el cosmos, todo; pero mis ojos estaban cerrados. No podía abrirlos, ni moverme. Pero no tenía miedo, estaba muy tranquila y cómoda", ha revelado. "Podía ver todo y de todo, podía sentirlo todo. Es un poco complicado de explicar", afirma.
La joven añade que también vio durante este tiempo a "sus seres queridos fallecidos", pero que fue incapaz de hablar con ellos "Tenías el consuelo de saber que tus seres queridos estaban contigo aunque no estuvieran astronómicamente o físicamente a tu lado... como si lo supieras automáticamente. Es muy difícil de explicar", ha asegurado.
La experiencia, asegura, le ha dejado algunas secuelas pequeñas, entre la que destaca pequeñas pérdidas de memoria con las que tiene que convivir, aunque ya se ha recuperado de la mayoría de problemas que padeció.
La explicación científica a este fenómeno
El relato de Hogan no es único en el mundo, puesto que son ampliamente conocidos las historias de personas que han sobrepasado una situación en la que han estado clínicamente muertas y, finalmente, tras volver a la vida, han pasado por experiencias de todo tipo.
Muchos podemos pensar que esto se corresponde con lo que se siente al morir. Sin embargo, los científicos consideran que son más parecidas a un fenómeno místico. Según varias investigaciones, "muchos de los fenómenos asociados con experiencias cercanas a la muerte pueden ser explicadas biológicamente".
Los científicos han determinado que muchas de estas experiencias provienen, realmente, de un mal funcionamiento de la dopamina y del flujo sanguíneo, creando sensaciones inexistentes durante un proceso traumático.
Por ejemplo, el conocido túnel con luz cegadora al final, la neurociencia explica que podría ser correspondiente con el flujo sanguíneo y de oxígeno que se agota en el ojo. En el caso del "reencuentro con los seres queridos", puede deberse a un funcionamiento anormal de la dopamina, un neurotransmisor que puede provocar alucinaciones.
Las investigaciones demostraron, además, que algunas drogas como la ketamina pueden desencadenar euforia, experiencias extracorpóreas y alucinaciones. La droga afecta al sistema opioide del cerebro, que puede llegar a activarse de forma natural cuando cualquier animal es atacado o, en el caso de los humanos, cuando sufren un trauma.