Dominique Pélicot está siendo juzgado en Francia por un brutal caso de sumisión química con fines sexuales contra su mujer. Este septuagenario drogó durante años a su esposa hasta que la dejaba completamente inconsciente para, después, ofrecerla gratuitamente a desconocidos para que la violasen. Se ha identificado a 51 hombres imputados en la causa.
Este abuelo, aparentemente buen hombre, vecino y marido, fue sorprendido en septiembre de 2020 cuando intentaba filmar con un teléfono móvil a varias mujeres por debajo de sus faldas. Cuando la policía registró su domicilio, los agentes no podían creer lo que estaban presenciando, incluyendo su propia esposa.
Se trataba de un fichero digital, que había titulado con el nombre 'Abuso', en el que albergaba nada menos que 20.000 fotos y vídeos. El acusado había filmado todas las violaciones, que se han cifrado en, al menos, 92 durante la última década, con especial intensidad durante el confinamiento derivado de la pandemia.
El acusado apuntaba metódicamente todo tipo de datos sobre las agresiones sexuales. Los agentes pudieron encontrar escritos en los que aparecían las fechas concretas, alguna característica del hombre que había acudido a la vivienda y si era su primera vez. Uno de ellos llegó a visitar la casa hasta en seis ocasiones.
Drogaba a su mujer y su familia evidenció síntomas en la víctima
El acusado drogaba con frecuencia a su mujer para perpetrar las agresiones. Le administraba potentes ansiolíticos y otro tipo de sustancias sedantes, que llevaban a la víctima a quedarse completamente dormida, en ocasiones rozando el coma, por lo que después no recordaba nada de lo ocurrido.
Los tres hijos de la pareja empezaron a notar cambios en su madre, que no respondía igual y que estaba ausente cuando la visitaban. Hasta el punto de que pensaban que todo estaba relacionado con que la mujer había empezado a desarrollar Alzheimer.
Después de drogar a su mujer, Dominique recibía a la persona con la que había contactado en la vivienda que ambos compartían, en Mazan (Aviñón). Era una vivienda con piscina a la que se habían retirado tras la jubilación. Llegaba a pedirles que no emplearan perfumes o consumieran tabaco para evitar rastro, así como aparcar lejos para evitar su identificación.
Posteriormente, debían desnudarse en la cocina y calentarse las manos en el radiador antes de acceder a la habitación. Algunos de ellos argumentaron a la policía que no sentían una agresión sexual alegando que creer que la mujer fingía estar dormida y que consentía. Sin embargo, las grabaciones no dejaron lugar a dudas y desmontaron estas versiones.
Se ha identificado a 51 hombres en la causa, con edades entre los 26 y 74 años. La víctima sufre un cuadro de estrés postraumático y le fueron diagnosticadas cuatro enfermedades de transmisión sexual vinculadas a las violaciones que padeció.
Ahora, Dominique Pélicot se enfrenta a este juicio, pero también otro caso. Durante su arresto en 2020, se descubrió que su ADN coincidía con el detectado en el asesinato y violación de una mujer de 23 años en París en diciembre de 1991, en un crimen que hasta ahora no había sido resuelto.
