El juicio por el asesinato de Samuel Luiz en A Coruña al grito de "maricón" mantiene a cinco imputados, dos de ellos a los que se ha impuesto el agravante por orientación sexual y un tercero al que se agrava la pena también por un delito de violencia, ya que se le acusa de robar el teléfono móvil de la víctima.
Dada la relevancia mediática del caso y la necesidad de incorporar todas las pruebas posibles a la causa, la magistrada presidenta del Tribunal del Jurado por el crimen ha prohibido por completo la grabación y difusión de imágenes del cadáver de la víctima y de sus pruebas forenses.
La jueza responde de este modo a una petición de la Fiscalía para celebrar a puerta cerrada las sesiones vinculadas a las declaraciones de los forenses, una petición a la que se han adherido las otras dos acusaciones y que ha contado con el visto bueno del jurado.
Todas las partes acordaron esta medida para la "adecuada protección de los derechos de los intervinieres, en particular, el derecho a la intimidad de la vícitma, el respeto debido a la misma o a su familia", ya que la norma recoge la posibilidad de "celebrar a puerta cerrada aquellas sesiones que depongan como peritos los señores médicos forenses que practicaron la autopsia del fallecido, en cuanto que pueden ser exhibidas imágenes en las que se visualice al fallecido".
"Es una realidad incuestionable el evidente interés de la sociedad"
La magistrada ha adoptado esta medida argumentando que es "proporcional" y que tiene como objetivo "compatibilizar los intereses en conflicto", incluyendo la relevancia mediática del caso y el respeto" a la víctima y su familia, así como "los fines pretendidos" por las acusaciones.
"Es una realidad incuestionable el más que evidente interés de la sociedad en el presente proceso, sobre posible delito de asesinato, en el cual la prueba médico forense sobre la práctica de la autopsia y las circunstancias que determinaron el fallecimiento se erige como prueba fundamental dentro de todo el elenco probatorio", ha reconocido la magistrada en el auto judicial.
Por este motivo, la jueza considera que la decisión "más proporcional" para afrontar este caso es mantener su celebración a puerta abierta, pero con la prohibición de grabar o difundir imágenes del cuerpo o las pruebas forenses que serán determinantes en el fallo.