David Serrano, el dueño de la finca en la que falleció el pequeño Julen tras caer a un pozo en la finca de Totalán, ha sido declarado culpable de un delito de homicidio por imprudencia grave al dejar abierto el pozo. La titular del Juzgado de Instrucción número 9 de la capital ha dictado un auto en el que da por concluida la fase de instrucción y ordena que sigan las actuaciones contra el dueño de los terrenos.
La defensa de David Serrano apuntaba en marzo a un golpe con la piqueta utilizada por los mineros durante las labores de rescatecomo causa de la muerte. Sin embargo, tal y como apuntó la autopsia reveló en un primer momento, la jueza concluye ahora que las heridas mortales que el menor presentaba en la cabeza son compatibles con su caída y los golpes que pudo producirse contra las paredes del pozo. El auto judicial ofrece un relato completo de los hechos ocurridos en la finca de Totalán a partir de las declaraciones del dueño de los terrenos, de los padres del menor.
La reconstrucción de los hechos
Según la reconstrucción realizada por la Justicia, David habría obtenido el terreno en octubre de 2018 y habría contratado al pocero Antonio Sánchez de forma verbal. Durante los días 17 y 18 de diciembre se realizaron dos perforaciones de unos 110 metros de profundidad en la explanada del terreno. Sin embargo, al no encontrar agua en ninguna de ellas, se colocó una piedra encima del pozo para cerrarlo.
Tras esta acción, el 5 de enero se realizó una zanja en forma de 'L' para hacer un muro de contención. Todas las perforaciones se taparon de forma adecuada excepto cuando el dueño de la finca regresó días después para realizar unas mediciones y dejó al descubierto la abertura del pozo.
El siguiente día que David regresaría a la finca sería el 13 de enero, día en el que se produjo el trágico suceso, acompañado por su esposa y su hija menor así como de Julen y sus padres para pasar un día en el campo. La caída de Julen se produjo cuando el menor se encontraba al ciudado de José Roselló, padre del pequeño, y David Serrano. Julen se introdujo en la zanja y comenzó a correr en dirección a la boca de prospección.
La magistrada afirma, por tanto, que cuando el propietario de los terrenos llegó a la finca con sus amigos, el pozo se encontraba desprotegido y no contaba con las pertinentes medidas de seguridad. Además, la jueza explica que no hay constancia de que David Serrano alertara de la existencia de el pozo, que no era fácil de distinguir a simple vista.
La falta de permisos y precauciones tomadas en los terrenos han llevado a la Justicia a determinar que el dueño de la finca por la que cayó el pequeño Julen incurrió en un delito de homicidio por imprudencia grave.