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El juego del 'muelle' provoca la alerta en Madrid: sexo sin protección y sin medida

Pese a que haya quien pueda considerarlo un juego, puedo acabar generando muchos problemas de salud.

La sexualidad no debería ser algo que tuviera que reprimirse, coartarse o criminalizarse. Todas las personas deberían tener la libertad suficiente (así como la madurez) para decidir con quién se acuestan, dónde lo hacen y qué prácticas sexuales realizan sin que nadie les critique o juzgue por eso. Pero para poder ejercer la libertad sexual también debería haber unos conocimientos previos sobre lo que el sexo puede acabar conllevando, así como las medidas que hay que tomar para evitar posibles complicaciones. Si no se conoce, no se está ejerciendo la libertad sexual con propiedad: se está siendo incauto, y, lo peor, se está comprometiendo gravemente la salud física.

Sí, los adolescentes son totalmente libres de mantener las relaciones sexuales que consideren oportunas, de las formas más variopintas y con quién ellos deseen hacerlo. Puede llegar a chocarnos, porque los vemos demasiado jóvenes, mas es así. Pero para que esta libertad sea real, deben conocer todos los riesgos a los que se exponen cuando realizan prácticas sin preservativo, por ejemplo. Deben saber que el embarazo puede llegar a ser el menor de sus problemas, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de enfermedades de transmisión sexual que están esperando ahí, a la vuelta de la esquina. Si conocieran los riesgos, si supieran realmente qué es lo que se están jugando, probablemente no llegarían a nosotros noticias como la de hoy. Y es que los médicos de Madrid ya están alarmados, tal y como cuenta El Mundo, por la aparición de un nuevo juego sexual llamado 'el muelle'.

El 'juego del muelle', una peligrosa práctica entre los más jóvenes
"El 'juego del muelle', una peligrosa práctica entre los más jóvenes"

Este "juego" tiene una regla muy fácil: pierde el que primero eyacule. Partiendo de esa base, ya podéis comenzar a imaginar el mecanismo del juego. Visto desde fuera, es fácil imaginar que comienza con un botellón, con mucho alcohol para así desinhibirse lo más rápido posible. Una vez que el alcohol ha hecho su efecto, una vez que la capacidad de raciocinio ha desaparecido de prácticamente todas las cabezas, los chicos se sientan en sillas y se bajan los pantalones. Ebrios, y evidentemente cachondos, esperan a que las chicas de la fiesta se sienten encima de ellos para mantener relaciones. Cada chica debe estar treinta segundos en el chico que le toque y, a continuación, cambiar de chico; como hemos señalado, pierde el que primero eyacula.

Desgarros, enfermedades sexuales y posibles embarazos

Pero, ¿quién gana el juego? ¿El que eyacule el último? ¿El que consiga librarse de ser padre? ¿El que no se contagie de cuatro o cinco enfermedades sexuales distintas? ¿En qué consiste exactamente esta ruleta rusa del sexo?

La peor parte, sin duda, se la llevan ellas. Porque no solo están expuestas a cualquier tipo de enfermedad sexual (ellos también, por supuesto), sino que también lo están a un posible desgarro vaginal por forzar las relaciones. Porque aquí no hay preliminares, no hay ningún tipo de "calentamiento" previo; el forzar la penetración, ya sea porque ellas quieran hacerlo o porque otra persona le obligue, siempre es doloroso para las mujeres. Depende mucho de la chica, de cómo se encuentre en ese momento, sí. Pero parece muy poco probable que se usen geles lubricantes para facilitar la labor, sobre todo teniendo en cuenta que ni siquiera usan preservativos.

El embarazo es el menor de sus problemas y, aún así, los médicos ya han advertido que los casos de embarazos adolescentes no deseados están aumentando. No es lo único: también aumentan, obviamente, las enfermedades de transmisión sexual, y los desgarros vaginales. Aunque en el momento de euforia, por el alcohol y las ganas de pasarlo bien, las chicas puedan no darse cuenta, los desgarros vaginales son extremadamente dolorosos. Si a esto le sumas una posible enfermedad sexual, así como un embarazo que ellas tendrán que asumir solas prácticamente en la totalidad de los casos... El panorama no pinta demasiado claro. ¿Por qué, entonces, se sigue practicando este juego?

Una buena educación sexual es fundamental
"Una buena educación sexual es fundamental"

Según El Mundo, en 2016 hubo cuatro menores de edad embarazadas en Madrid debido a esta práctica sexual que, poco a poco, cada vez está cobrando más auge y ganando más fuerza. Solo cuatro demostrados, por supuesto; quién sabe cuántos habrá sin que las chicas hayan querido contar nada, quizás por vergüenza. Lo que sí han podido comprobar es que las enfermedades de transmisión sexual han aumentado de forma exponencial. Pilar Lafuente, una ginecóloga del Hospital de La Paz, ha asegurado al medio que han pasado de atender "dos o tres casos al año" a tener "diez menores en un trimestre".

En el propio medio hablan de una chica, llamada G., que afirma haber abortado tras haberse quedado embarazada jugando al muelle con sus amigos. Un juego que acabó siendo un gran "susto" para ella, tal y como cuenta.

El problema de este juego no es que los adolescentes tengan sexo; ni siquiera lo es que tengan sexo con más de una persona al mismo tiempo. No habría ningún inconveniente si lo hicieran con cabeza, si recibieran una educación sexual adecuada y que les permitiera discernir entre lo que es saludable y lo que no. Lo que están haciendo todos aquellos que juegan al muelle no es disfrutar su sexualidad libremente; dudo mucho que haya placer sexual para ellas, cuando la penetración es forzada, así como para ellos, que deben estar controlando para no eyacular rápidamente. No, no hay disfrute. Lo que hay es una imprudencia, una inmadurez y unas enormes ansias por ser adultos antes de la cuenta. Y todo esto podría sanarse con educación sexual.

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