¡Qué hostia! La mítica frase que pronunció Rita Barberá tras el tortazo en las municipales valencianas, puede resumir claramente el resultado que está dando este divertimento que han conseguido resucitar las redes sociales: el juego de la lava.
Si no lo recuerdas, te ayudamos: se trata de un juego en el que alguien, en el momento menos oportuno, se dedica a gritar: "¡Lava, lava!", mientras que la otra persona tiene que correr a buscar un lugar elevado para no pisar el suelo. Y hay que correr, ya que si la otra persona cuenta hasta cero, perdemos, y no es plan de quedar mal. Mejor comerse una buena leche.
Si no creéis que el juego está triunfando os dejo este gif. Sí, hasta los gatos se han unido a una moda a la que nadie se puede resistir:
Incluso los actores más famosos se dedican a realizarlo sin ningún tipo de pudor:
Ahora en serio. La moda está circulando por las redes con tremendo éxito. La culpa de todo este entuerto la tienen Jahannah James y Kevin Freshwater, dos jóvenes que se han dedicado a grabar todo tipo de vídeos y difundirlos en redes sociales. Y han arrasado. Os reiréis mucho, os lo aseguramos:
Como podéis ver, a Jahannah y Kevin no hay lugar que se les resista. Si hace falta, se empotran contra toda una fila de maletas o se comen toda una estantería del supermercado. Cualquier escenario es el más indicado para jugar a la lava.
Como no podía ser de otra manera, otros usuarios ya se han dedicado a seguir con la moda. Y gracias a ellos, hemos tenido también la oportunidad de echarnos unas risas. El mejor es el de este oso panda:
Sí, se ha comido la portería 'que da gusto'. Otros se dedican a retarse en Youtube a ver quién es más tonto quién gana:
E incluso, algunos ya piden una película basada en este drama. Aquí tenéis un tráiler que triunfará en los peores cines de nuestro país
Ante todo esto, nos hemos encontrado con el típico señor aburrido que no comprende que una manada de jóvenes enfervorecidos se dediquen a entrar en supermercados mientras se graban estampándose contra todo lo que encuentran. Pero eso... ya es otro cantar.