Juan Rivas ha abandonado el Centro de Inserción Social (CIS) Matilde Cantos de Granada en el que ingresó el pasado día 11de junio para cumplir la condena de dos años y medio de prisión que se le impuso por no haber entregado a sus hijos al padre en el verano de 2017.
A propuesta de la Junta de Tratamiento de ese centro, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias clasificó a la interna en tercer grado y le aplicó el artículo 86.4 del Reglamento Penitenciario, lo que supone cumplirá la pena en casa con pulsera telemática.
Según establece la normativa para tomar esta decisión se ha tenido en cuenta el ingreso voluntario de Rivas en el CIS, que la condena que se le impuso no era superior a cinco años, que se trata de su primer delito y que su causa tiene una antigüedad superior a tres años. A ello hay que añadir su adaptación social y el apoyo familiar del que goza, tambien requisitos para conceder un tercer grado en régimen abierto.
Pendiente del indulto
La defensa de Juana Rivas celebra que se le haya concedido el tercer grado penitenciario y ha señalado que a partir de ahora seguirán "luchando" para que "recupere a sus hijos a la mayor brevedad" a través del indulto que han solicitado al Gobierno y que aún está pendiente de resolución.
Rivas, que también ha sido condenada a inhabilitación especial para ejercer la patria potestad respecto de sus hijos durante seis años, ha solicitado al Gobierno el indulto total alegando que delinquió por un motivo "comprensible desde el punto de vista humano" como es "proteger a sus hijos" y recalca que "como víctima de violencia de género recibe la atención adecuada de los servicios municipales de Maracena", mientras que en Italia se "continúa investigando las denuncias interpuestas por violencia familiar".
Según ha defendido la andaluza, se fue con sus dos hijos de Italia, donde tenían fijada su residencia habitual, para huir de los presuntos malos tratos de los que acusa a su expareja y padre de los menores, Francesco Arcuri.