El caso de Juana Rivas parece no tener fin. La madre granadina tenía que haber entregado a sus dos hijos nuevamente a Francesco Arcuri, padre de los niños el pasado domingo por la noche.
Al parecer, el padre de los menores maltrató al más pequeño y Juana Rivas intenta protegerlos del padre lo máximo posible. Los hijos y Juana están en casa de una amiga en Italia.
Denuncia malos tratos
Juana Rivas ha vuelto a denunciar al padre de sus hijos. Esta vez por los presuntos malos tratos al hijo pequeño. Por esa razón, se ha refugiado con los menores en casa de una amiga en Italia, en un pueblo a 15 minutos de Cagliari, capital de Cerdeña.
La madre de los niños ha presentado una denuncia contra él por presuntos malos tratos al hijo pequeño y ha dicho que, hasta que un juez italiano no la obligue, no entregará sus hijos al padre.
Recordemos que Rivas fue condenada el pasado mes de julio por un juez español a cinco años de cárcel y seis años de inhabilitación para el ejercicio de la potestad de sus hijos. La sentencia no es firme por lo que aún no ha sido ejecutada. El viernes pasado por la noche, según la denuncia presentada por Juana, el niño pequeño presentaba unos moratones en la espalda. El sábado lo llevó a un hospital para conseguir un parte de lesiones y así acudir al día siguiente a la comisaría.
El hijo mayor de 12 años es el que narra el origen de esos cardenales. Al parecer, se produjeron en Génova cuando visitaban a los abuelos italianos. Según su relato, el padre, ante la dificultad del menor para dormir, lo cogió y lo lanzó con mucha fuerza contra el hierro de la cama para, posteriormente, empujarlo contra la pared del pasillo.
Juana Rivas declara que:
Yo he perdido el miedo a todo. Los niños son los que denuncian los hechos. ¿Por qué me va a denunciar? ¿Porque los niños no van al colegio? Es que los niños arriesgan la vida estando en el domicilio de su padre. Mejor es perder el curso.
Esta es la quinta denuncia que Juana Rivas presenta contra el padre de sus hijos en Italia. De momento, ninguna ha funcionado para ir contra su expareja, a la espera de que la Justicia emita una sentencia firme.