Juan Carlos I continúa disfrutando de su retiro en Arabia Saudí, concretamente en Abu Dabi, donde decidió huir en agosto de 2020 cuando los escándalos sobre su fortuna y turbios negocios empezaron a salir a la luz. Sin embargo, desde entonces, a pesar de haber puesto tierra de por medio, las informaciones en torno al emérito no han dejado de multiplicarse acrecentando la polémica.
Según revela Público, el Borbón también habría utilizado Patrimonio Nacional para costear los lujos de sus amantes y los gastos que tenía en sus viajes, con sus yates o mientras residía en alguno de sus palacios. A pesar de ingresarlos en el organismo público, los terminaba utilizándolo él.
De esa manera, el padre de Felipe VI pagaba con tal organismo sus lujos: sus dos yates, Fortuna II y Fortuna III, la colección de más de 70 coches de lujo, relojes de altísimo precio, motos exclusivas. Algo que podría superar, en valor, los 100 millones de euros.
También a sus amantes
Más allá de pagar sus gastos, el rey emérito también hacía lo propio con los de algunas de sus amantes. El medio anteriormente citado señala, entre otras, a Marta Gayá, Bárbara Rey y, sobre todo, Corinna Larsen. Todas ellas recibieron regalos del ex jefe de Estado pagados desde Patrimonio Nacional.
Respecto a Corinna Larse, Público asegura que la reforma integral de la casa que la empresaria alemana obtuvo en 2008 en la finca La Angorrilla, en el monte de El Pardo, a unos 19 kilómetros de la Zarzuela, fue sufragada a través del organismo público.