'Espejo Público' ha tenido acceso a la declaración ante el juez de la víctima de la violación múltiple de las fiestas de Sanfermines, presuntamente perpetrada por cinco jóvenes que se hacían llamar 'La Manada'.
La joven de 18 años denuncia que fue forzada a mantener relaciones con los cinco acusados. Ha declarado que perdió de vista a sus amigos después de un concierto y que los cinco sevillanos comenzaron a hablar con ella, y finalmente se ofrecieron a acompañarla hasta su coche, donde ella iba a dormir. Durante el camino algunos de los hombres entraron en un hotel a buscar una habitación, pero estaba completo. La joven no los escuchó pedir una habitación puesto que se quedó fumando fuera.
Continuaron su camino y, según la víctima, los hombres la obligaron a entrar en un portal, abierto porque una vecina del edificio acababa de pasar. Allí, la joven sostiene que le taparon la boca en todo momento para que no pudiera gritar, la obligaron a hacerles una felación y la penetraron.
Este terrible testimonio dista del de los agresores, cuya defensa consiste en asegurar que las relaciones fueron consentidas y que la joven les ha acusado de violación porque le sentó mal que se fueran sin despedirse. También afirman que se quedaron por la zona, argumentando que si se hubiera tratado de una violación habrían huido. Pero el abogado de la víctima sostiene que no abandonaron el lugar porque pensaban que iban a salir impunes por la gran cantidad de gente que se encontraba allí.
'La Manada' ya lo había hecho antes
Hay otros factores que restan credibilidad a las declaraciones de los presuntos agresores. En primer lugar, se ha sabido que el juez está en posesión de un vídeo en el que abusaban de una joven de 21 años en Córdoba, imágenes que compartieron en un grupo de Whatsapp.
Otro de los puntos a tener en cuenta son las conversaciones que tenían los cinco acusados en Whatsapp, en el que no se cortan al hablar de formas de agredir sexualmente a las mujeres: "Hay que empezar a buscar el cloroformo, los reinoles, las cuerdas... para no cogernos los dedos porque después queremos violar todos", "¿Llevamos burundanga? Tengo reinoles tiraditas de precio. Para las violaciones" o "Violaría a una rusa que vea despistada" son algunas de las repugnantes frases que se intercambiaban a través del móvil.