Julen Ibarrola Pérez, un joven de 24 años del pueblo de Amurrio, en Álava, pasará un año en prisión por dibujar en julio de 2014 en una pared de una casa en Lesaka (Navarra) el símbolo de ETA, junto a la frase "estamos orgullosos de vuestra lucha, viva vosotros, el pueblo está con vosotros".
El detenido fue descubierto por la Guardia Foral de Navarra mientras realizaba el graffiti, por lo que no pudo acabarlo. Tres años y medio después, deberá entrar en la cárcel por el delito de enaltecimiento del terrorismo, muy común últimamente en el Tribunal Supremo y en la Audiencia Nacional.
El joven ha mostrado su rechazo a la condena en una entrevista con Público, en la que asegura que "si en lugar de eso hubiese puesto un 'Viva Franco', 'no sé qué de los GAL', 'putos catalanes' o 'inmigrantes fuera de aquí',no me hubiesen condenado". Julen quiso también explicar ante este medio el motivo de su pintada en aquel momento: "Tenía en mente que el País Vasco estaba pasando a un tiempo de resolución. El conflicto se estaba acabando y quería reflejar que hemos llegado a ese punto por lo que hemos llegado...".
No hubo unanimidad en la decisión
El caso se ha dilatado más de lo previsto ante las discordancias en los dos organismos del Estado encargados de la sentencia, la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo.
En la Audiencia, el juez José Ricardo de Prada lleva pidiendo la absolución del joven desde 2015, alegando que "está escrita en una pared de una casa de una calle no céntrica de una pequeña población", por lo que el riesgo de difusión es muy bajo. Y, aunque lo hubiera hecho en el centro de Pamplona, De Prada sostiene que "planteamientos de este tipo entran dentro de la libertad política e ideológica, tienen plena cobertura constitucional y no pueden ser incriminados como terroristas, en cuanto que ni pretenden ni propagan ni alientan ni ensalzan de forma directa o indirecta el terrorismo".
A pesar de estos postulados, o de hacer hincapié en el hecho de que la pintura no estaba acabada y que por tanto no se sabe con certeza lo que quería expresar, la mayoría del Tribunal argumentó que "la única finalidad era ensalzar el terrorismo de la banda ETA y/o sus miembros".
Similar planteamiento mantuvo el Supremo, que defiende que "la pintada expresa ideas inequívocas de enaltecimiento de la banda terrorista ETA y de sus integrantes". No obstante, al igual que sucedió en la Audiencia, la decisión contó con voces discordantes, pero siempre en minoría, por lo que finalmente la condena salió adelante.
Julen, que entrará en prisión este domingo 11 de febrero, se mostró en su entrevista a Público con "fuerzas para seguir denunciando las injusticias" que sufren "el pueblo vasco, el pueblo catalán y la clase obrera, en general". "Soy un chaval positivo", comenta el joven: "Esto no me va a cambiar ni a destrozar. Quiero que la gente siga luchando en la calle y movilizándose por una Euskal Herria libre y justa".
