Casi no le dejan. Eso sí, el calvario que pasó una joven de 17 años durante una noche en la que decidió salir de fiesta fue algo que no pudo evitar y que, con toda seguridad, ella nunca habría elegido pasar. Fue violada y dos agentes dudaron de ello. La menor quiso denunciar en una comisaría del Maresme la agresión sexual de la que fue víctima por parte de dos chicos.
Acudió a las dependencias de los Mossos d'Esquadra y estuvo a punto de irse como había venido, con las manos vacías y sin que su testimonio fuera validado por los agentes que la atendieron. Tras contar lo ocurrido y presa de su evidente rabia y pánico, los dos mossos que atendieron su visita al parecer le soltaron frases como "si te hubieran violado vendrías histérica" o "si vas borracha pasan estas cosas". Posteriormente, las autoridades abrieron una investigación para averiguar más detalles acerca de lo ocurrido.
Según la chica, dos jóvenes participaron en la violación, aunque realmente fue solo uno de ellos quien lo hizo. Todo ocurrió en la noche de un sábado cualquiera del mes de junio de 2019 en una discoteca de Blanes (Gerona). La joven pidió tabaco a dos chicos a los que había conocido recientemente. Salió a fumar con uno de ellos, al que previamente había pedido tabaco. Posteriormente, el otro abandonó el local, se fue al coche y dejó que su otro amigo la violara. El testimonio de la chica cuenta que, no contento con que su amigo actuara solo, volvió para unirse a ellos y obligar a la joven a que le hiciera una felación.
Las agentes están siendo investigadas
Se vio involucrada en la que probablemente sea la peor situación que ha vivido a lo largo de su vida. Pudo escapar de los dos agresores y el lunes acudió con dos amigas a comisaría para denunciar los hechos, después de meditar lo ocurrido en la jornada del domingo y sin decir nada en casa. Lo que no podía imaginar es que allí iban a dudar de la veracidad de los hechos. Hizo falta un cuarto de hora para que ella se viniera aún más abajo: "Salí peor que entré, no tenía ganas de nada. Es muy grave, no sabía que hacer. Me hicieron mucho daño". Finalmente, su madre se enteró de lo sucedido tras el relato de una amiga. Había notado que algo no iba bien.
"Tu narración de los hechos no es creíble, ¿dónde tienes los azules que muestran que has sido forzada?", le dijeron incrédulas. De acuerdo con la cronología de los hechos que ella contaba a las agentes, la joven también tuvo que enseñar su perfil de Instagram. No tardaron en poner en entredicho sus publicaciones: "¿Por qué cuelgas ciertas fotos en Instagram?". "Si eres capaz de perrear debes ser capaz de defenderte. Si yo fuera tu madre...Muchas chicas vienen a hacer denuncias falsas, tú pareces una de esas", valoraron ante la menor, cuestionando sus palabras.
"No se creyeron nada de lo que dije, no paraban de cuestionarme y reírse", lamenta, explicando que decidió no quedarse de brazos y puso una queja que ahora está en manos de Asuntos Internos. Le hicieron pensar que no merecía la pena seguir adelante con el caso, pero al día siguiente y no sin acudir al hospital para realizarse pruebas de transmisión sexual, acudió a otra comisaria con su madre, donde el trato fue "excelente" e incluso habían podido identificar a los violadores.