Un británico, de 23 años llamado Scott Purdy acaba de anunciar al mundo que unos analgésicos que tomó cambiaron su orientación sexual y le volvieron homosexual. ¿A ti nunca te había pasado? Vamos a tener que mirar antes de nada los efectos secundarios de los medicamentos que nos tomamos, no vaya a ser que de la noche a la mañana quieras entrar en la cárcel de 'Orange is the New Black', shippeas más que a tu propia vida Camren o Ragoney y adoras a Lito y Hernando de 'Sense8'. Ya sabes lo que eso significa, que de hetero tú poquito.
Ay, lo que tenemos que leer. Y lo grita a los cuatros vientos y el chico se queda tan a gustito. ¡Toma ya! El medicamento culpable de volver arcoiris a la gente, según cuenta Scott Purdy, fue el pregabalin (un fármaco antiepiléptico y analgésico), también conocido como Lyrica (similar al ibuprofeno), que comenzó a tomar para calmar el dolor tras sufrir un accidente de kart, según publica un medio inglés.
Cuando llevaba varios días con el tratamiento, el joven empezó a perder interés por su novia, hasta que terminó rompiendo con ella. "Noté que mi libido había disminuido. Ella comprendió lo que me estaba pasando y entendió mi decisión", dijo. ¿Cómo que comprendió lo que le estaba pasando? ¿También pensaba la novia que su novio gay había cambiado de acera por el pregabalin? A partir de ese momento Scott empezó a sentir una fuerte atracción por su mismo género.
De la codeína a la Lyrica
A Purdy le habían recetado originalmente codeína, pero tuvo que cambiar a Lyrica en enero pasado debido a una fuerte reacción alérgica. "Si hubiera sabido de antemano que el medicamento te convertía en gay, no habría aceptado tomarlo. Pero ahora que ha sucedido, me siento muy bien. He entablado amistad con un chico de Londres y creo que me he enamorado", comentó. El primer mensaje no es muy adecuado, ya que ser gay tiene lo mismo de malo que ser heterosexual. Menos mal que después no se ha mostrado arrepentido por ese cambio. Además si has encontrado el amor... piensa que nunca es tarde si la dicha es buena.
