El Juzgado de lo Penal nº18 de Madrid ha condenado a José María López a quince meses de cárcel como autor responsable de un delito consumado de abusos sexuales contra Carlota Prado cometido durante la participación de ambos en el reality emitido por Telecinco, 'Gran Hermano Revolution', Durante la madrugada del 4 de noviembre de 2017. El condenado no tendrá que ingresar en prisión por esta sentencia, ya que la pena impuesta es inferior a los 24 meses y no cuenta con antecedentes penales.
Junto con esta pena, a López también se le impone otra pena de cuatro años de alejamiento e incomunicación de la víctima, así como una indemnización de 6.000 euros como resarcimiento por el daño moral ocasionado. La empresa Zeppelin Televisión, S.A., productora del formato, deberá hacerse cargo también como responsable civil subsidiario.
Zeppelin, junto con Chubb European Group LTD, su aseguradora, deberán indemnizar a Carlota en la cantidad de 1.000 euros por el daño moral causado al comunicarle el abuso sexual del que fue objetivo en su momento, según consta en la sentencia.
Hechos probados
La juez considera probado que el acusado "guiado por un ánimo libidinoso, a sabiendas de que Carlota se encontraba bajo los efectos de un sopor etílico que le conduciría después a la inconsciencia, le quitó los pantalones (cuando ambos se encontraban ocupando la misma cama), y comenzó a realizar bajo el edredón movimientos de carácter sexual, pese a que la víctima débilmente le dijo 'no puedo'".
En la sentencia también se explica que, a pesar de que "el acusado le pidió en varias ocasiones que abriera los ojos, Carlota permaneció inmóvil, y cuando le preguntó cómo se encontraba, solo acertó a responder que se quitara, momento en que se giró y cayó en la inconsciencia. Los movimientos lúbricos del condenado continuaron varios minutos más, hasta que la víctima se destapó la cara y un brazo y se dejó ver su estado inerte, lo que motivó la intervención de uno de los miembros del programa encargado del visitando de la grabación, momento en que cesó la situación. En ese momento, Carlota vomitó y quedó completamente aturdida".
La sentencia señala que "las grabaciones se exhibieron a la víctima durante la mañana siguiente, en una sala aislada, donde Carlota se encontraba sola sin mayor compañía que la voz en off del conocido como 'Súper', sin preparación alguna de lo que se le iba a mostrar, sin asistencia previa acerca de lo que se le iba a mostrar y sin que ninguna cláusula contractual regulara el proceder en estas circunstancias".
Con todo ello, señala que "el visionado de lo que había ocurrido provocó en la víctima un profundo malestar, sorpresa y dolor, y posteriormente ansiedad y estrés que en fechas posteriores condujo a un trastorno psicológico".
Además, la sentencia señala que la víctima "estaba privada de todo sentido durante el desarrollo del acto unible y en condiciones deplorables a lo largo de todo el intervalo que cubre la grabación. Es imposible no concluir que fue utilizada por el acusado como un objeto para satisfacer a modo de juguete sexual, sin que haya la menor sombra de consentimiento y, consecuentemente, de libertad de su parte en lo acontecido".
Sobre la responsabilidad civil, la sentencia escinde en dos hechos causantes: el abuso seuxal, que genera daño susceptible de indemnización; y la exhibición a la perjudicada por la entidad productora de la grabación efectuada sin previo aviso o preparación, algo que generó en ella frustración, daño moral y consecuencias psíquicas. De la primera sería responsable el condenado, mientras que de la segunda "solo se puede predicar responsabilidad directa de la entidad Zeppelin, cuyos responsables son los que deciden enseñar lo grabado a la joven".
