Portugal se prepara para ensayar la semana laboral de cuatro días, tanto en el sector público como en el privado. Las organizaciones empresariales han mostrado reticencias a acoger esta iniciativa, que consideran que llega en el peor momento, tras la pandemia, en una guerra y en plena inflación, según el presidente de la Confederación Empresarial de Portugal, António Saraiva.
El proyecto piloto se desarrollará a partir de junio de 2023 y fue presentado a los agentes sociales este miércoles en la mesa de concertación social. Los sindicatos mostraron una acogida más favorable que los representantes de la patronal, aunque reclamaron que la reducción de la semana laboral no acarree recortes en los salarios.
Se trata en estos momentos, en todo caso, de un proyecto piloto, que se desarrollará a partir de junio de 2023 y fue presentado a los agentes sociales en la mesa de concertación social. Las líneas rojas del proyecto son claras: que no se registre una reducción en los salarios, que se reduzca el horario de trabajo en una jornada de media, y que la participación de las empresas sea voluntaria.
Plazo: enero de 2023
El plazo de las empresas para sumarse a esta jornada laboral de cuatro días se extiende hasta el próximo mes de enero de 2023, cuando podrán presentar su solicitud para incluir su admisión en el proyecto piloto. A diferencia de las propuestas que están en marcha en España, el Ejecutivo luso no subvencionará a las empresas que participen en el proyecto piloto con la intención de disponer así de una evaluación objetiva.
La segunda fase del proyecto se desplegará en el sector público en 2024, mientras que la tercera fase se subvencionará a las 60 empresas elegidas de forma aleatoria por la Administración para realizar un estudio comparativo para contrastar el efecto de la implantación de la semana de cuatro días con otras donde se mantenga el calendario actual de lunes a viernes.
