Jorge Ignacio Palma, el detenido por la desaparición de Marta Calvo, mantiene que la joven murió tras una noche de "sexo y drogas", en la que la habría descuartizado por miedo. Según algunos medios como ABC, el acusado mantiene que troceó el cuerpo de la joven en 10 partes que posteriormente repartió en varios contenedores de algunas localidades valencianas.
A pesar de que Jorge Ignacio Palma haya confesado estos hechos, los investigadores continúan intentando verificar si esta versión es real, pero aun tienen dudas. Jorge se entregó el pasado miércoles en el cuartel de la Guardia Civil de Carcaixent, localidad cercana a Manuel, donde tenía una casa alquilada en la que había quedado con la joven, que mandó a su madre la ubicación por WhatsApp.
Desde que se entregó, el colombiano de 38 años quiso mantener la versión de que la joven había muerto de forma accidental. Habría ocurrido en su casa de Manuel mientras mantenían relaciones sexuales y consumía cocaína a través de los genitales, una práctica de riesgo conocida como "fiesta blanca". Según su versión, Marta Calvo tuvo una reacción inesperada, que podría ser un ataque cardiaco, y murió.
Tras ello, Palma habría entrado en pánico y no tuvo mejor idea que deshacerse del cádaver: lo descuartizó y lo arrojó en varios contenedores de Manuel y alrededores. Además, declaró que había adquirido herramientas para desmembrar el cuerpo.
Una confesión dudosa
No obstante, según fuentes cercanas, abundan los cabos sueltos en el caso y podrían enmarcar su confesión con una estrategia diseñada con su abogado. Los investigadores aun sospechan que el detenido matara a la joven y decidiera deshacerse del cuerpo, mientras que su declaración constituiría una línea de defensa, que podría resultar difícil de tumbar si la Guardia Civil no consigue hallar el cadáver de la joven u otros indicios. En este caso, el objetivo de la defensa sería salir indemne de un proceso en el que se le juzgará, probablemente, por asesinato.
Además, cabe resaltar que descuartizar el cadáver de una persona a la que no has matado no constituye en sí mismo un delito, sino una infracción administrativa por infringir el reglamento de policía mortuoria. Asimismo, aunque la joven muriera, como dice el acusado, por una práctica sexual con cocaína, si la droga hubiera sido de Palma, tampoco habría delito de tráfico de drogas, ya que se consideraría un consumo compartido "en el ámbito de la intimidad".
Cabe añadir, a su vez, que hubo una muerte anterior que puede jugar a favor del sospechoso: en abril, mientras mantenía sexo con una prostituta en Valencia, la mujer empezó a convulsionar tras consumir cocaína en una práctica similar a la que supuestamente habría llevado a cabo con Marta. En aquella ocasión, la chica falleció dos días después en el hospital y Palma ni siquiera resultó acusado después de la omisión de socorro, ya que salió del lugar cuando la mujer empezó a convulsionar, dejándola a su suerte.
Para más inri, haber declarado que la descuartizó puede protegerlo del descubrimiento de vestigios orgánicos de Marta, como manchas de sangre, y provoca que haya la necesidad de hallar indicios de violencia para probar su culpabilidad. Pero eso no es todo: haberse entregado antes de que se hiciera público un procedimiento contra él podría mitigar que el descuartizamiento entre dentro del delito que castiga violar sepulturas, que se pena con solo cinco meses de cárcel. Sin embargo, las fuentes creen que en su declaración no hay nada improvisado, ya que, además, su abogado es un penalista que suele defender a acusados por narcotráfico y organización criminal.
