Estados Unidos ha votado cambio. Las elecciones presidenciales han dado como ganador al demócrata Joe Biden, lo que supone que Donald Trump, candidato republicano, tendrá que abandonar la Casa Blanca tras sus cuatro años de mandato. Aunque las encuestas auguraban una ventaja mayor, el recuento ha acabado siendo agónico retrasándose debido al complejo sistema electoral estadounidense y a la avalancha del voto por correo. Biden finalmente ha obtenido 538 votos electorales y 273 compromisarios, superando los 270 necesarios para acceder a la Casa Blanca. Trump se mantiene en 214 y quedan 51 por definir, pero aún así no son suficientes para que el candidato republicano pueda dar la vuelta al resultado.
Con este resultado, Joe Biden se convierte en el presidente más votado en la historia de Estados Unidos. Kamala Harris, además, es la primera mujer que ocupará el cargo de la vicepresidencia del Gobierno. Donald Trump sigue sin aceptar el resultado, asegura que Biden "está falsamente proclamándose vencedor", y que se apoya en sus "aliados de los medios de comunicación". Además, anuncia medidas legales contra "el recuento de votos ilegales".
Después de una campaña marcada por el coronavirus, del que se acabó contagiando el mismo Trump junto a la gran parte de su equipo, la batalla electoral ha estado muy reñida. Como era de esperar, Biden se ha hecho con los votos electorales de Washington, Nueva York, California o Virginia mientras que el republicano ha revalidad Florida, Ohio o Mississippi. La sorpresa ha tenido lugar primero en Michigan y Wisconsin, que con los últimos conteos han cambiado de color para darles sus 16 y 10 votos electorales respectivos a Biden. Lo mismo ha sucedido en Arizona (11 votos electorales), donde los demócratas no ganaban desde 1996. Pero han sido finalmente Georgia y Pensilvania, con 16 y 20 votos electorales respectivamente, los que han dado la campanada terminando por entregarle la llave de la Casa Blanca a Biden al convertirse, por muy poco, en el más votado en ambos estados
Con todo, el candidato demócrata, Joe Biden, ha ganado la mayor cantidad de votos en la historia que cualquier otro aspirante a la presidencia estadounidense al hacerse con 74,5 millones. El récord lo tenía el expresidente Barack Obama, en 2008, cuando logró más de 69,4 millones de votos. Además, han sido unas elecciones históricas con más de 157 millones de votantes, siendo a participación más elevada desde 1908, cuando también un 3 de noviembre se enfrentaron el republicano William Howard Taft y el demócrata William Jennings Bryan.
Trump no acepta la derrota
Durante toda la campaña electoral, Donald Trump ha ido sembrando la duda sobre que podría tener lugar un fraude electoral cuestionando el sistema de voto por correo, que ha sido masivo debido a la pandemia del coronavirus. Durante el escrutinio, el republicano no ha dudado en denunciar irregularidades (sin aportar pruebas) autoproclamándose incluso ganador desde la Casa Blanca. "Nos preparamos para ganar estas elecciones y, de hecho, las tenemos ganadas", ha asegurado, calificando de "fraude enorme" la demora del recuento de voto por correo y avanzando que llevaría el pleito hasta el Tribunal Supremo: "Vamos a llevarlo al Supremo, queremos que todas las votaciones paren. No queremos que encuentren ningún voto a las 4 de la mañana. Es un momento muy triste. Ganaremos esto. En mi opinión, ya hemos ganado".
Trump incluso ha comenzado una campaña para recaudar fondos para preparar una batalla legal para impugnar los comicios. El equipo del magnate republicano ha enviado un mail a sus simpatizantes pidiendo dinero: "La izquierda intentará manipular los resultados. Necesito tu ayuda para asegurarnos de que tengamos una batalla masiva para proteger la integridad de estas elecciones". "Tenemos que luchar. Me has defendido de todas las mentiras y los ataques viciosos de los medios de comunicación de izquierda y los demócratas radicales, y ahora te pido que me defiendas de nuevo. Nunca me has defraudado antes, y sé que no lo harás ahora", reza el mail.
En su deriva por no aceptar la derrota, Donald Trump incluso ha reclamado medidas contradictorias. Por un lado, ha pedido que se dejen de contar los votos por correo en Pensilvania y Georgia, donde Joe Biden fue recortando distancia; mientras que en Wisconsin, tras ser adelantado por el demócrata, ha exigido recuento.
El equipo de campaña de Joe Biden, por su parte, ya ha anunciado que tiene preparado a su equipo legal si Trump recurre al Supremo para evitar el conteo de votos.
Pocas horas antes de terminar el conteo dando como ganador a Biden y después de horas lanzando acusaciones de fraude y exigiendo que se parase el conteo por Twitter, que ha ido catalogando sus mensajes como engañosos, Donald Trump ha protagonizado otra polémica comparecencia. "Si contamos los votos legales, gané con claridad. Si contamos los votos ilegales, van a intentar robarnos las elecciones. Si encima cuentan los votos que han llegado tarde, más todavía", ha remarcado. Tras insultar y cuestionar a los medios de comunicación, el republicano también ha puesto en duda el sistema electoral en Estados Unidos y lanzando acusaciones, sin pruebas, de que en varios estados "están encontrando papeletas y siempre van para los demócratas". "No vamos a permitir que la corrupción robe unas elecciones", ha aseverado ante los medios. Ante estas acusaciones infundadas, muchas de las principales cadenas que estaban emitiendo sus palabras decidieron cortar su discurso para matizar y explicar a los espectadores que sus declaraciones son falsas.
Polarización y protestas
El clima de crispación y polarización se ha trasladado a las calles, teniendo lugar múltiples protestas en diferentes puntos del país. Mientras los partidarios de Trump salían para rodear colegios electorales y pedir que se detuviera el conteo de votos, los simpatizantes de Biden también se lanzaban en protestas para reclamar que todos los votos se contasen.
Después de que Trump se autoproclamase ganador, se han desencadenado protestas en las principales ciudades del país. Uno de esos escenarios ha sido Nueva York, donde han sido detenidas 20 de personas durante las manifestaciones en el barrio de Manhattan. Cientos de ciudadanos han mostrado su rechazo hacia la administración Trump y han pedido el recuento de todos los votos de las elecciones. La Policía de Nueva York ha señalado que los detenidos "intentaron apropiarse de una protesta pacífica encendiendo fuegos, lanzando basura y huevos en Manhattan". Los manifestantes han recorrido las calles aledañas al parque Washington Square Park, en la zona suroeste de la Gran Manzana, al grito de "No Trump, No KKK (Ku Klux Klan), No Facist USA".
La tensión también ha sido patente en Mineápolis, donde varias personas han sido arrestadas durante una manifestación. Las protestas también han llegado a Philadelphia, donde la protesta 'Count every vote' ha marchado por la ciudad del estado de Pensilvania y ha convergido con otra protesta de 'Black Lives Matter'.
Las calles de Arizona también han sido escenario de protestas, en concreto en el condado de Maricopa. Seguidores de Donald Trump se concentraron frente al Departamento de Elecciones de Maricopa y frente al Capitolio de Arizona, en Phoenix. Algunos de los presentes incluso portaban armas. Lo concentrados pedían que se "detenga el robo" clamando que se detuviera el conteo de votos.
Joe Biden y Kamala Harris
Joe Biden nació en Pensilvania, el 20 de noviembre de 1942. Está casado con Jill Biden desde 1977, y tienen cuatro hijos. Es senador por Delaware desde 1973, y entre 2008 y 2016 fue vicepresidente de la administración Obama. Se ha presentado varias veces a ser candidato demócrata y a la tercera ha ido la vencida. Ya se postuló para el cargo en 1988 y en 2008, concretamente en las primarias que acabó ganando Obama. Finalmente pudo con Bernie Sanders, la alternativa más a la izquierda dentro del partido. Lo cierto es que Biden, de 77 años, no tiene un perfil de izquierda situándose más en el centro, lo que podría haberle beneficiado a la hora de hacerse con el voto de los más moderados.
Junto a él estará Kamala Harris, primera mujer en ser vicepresidenta de Estados Unidos. De 56 años, hija de padre jamaicano y madre india, fue fiscal general de California antes de ganar su escaño en la Cámara Alta del Congreso estadounidense en 2016, y se ha granjeado una fama de ser especialmente dura tanto desde la bancada de la Fiscalía hasta en sus intervenciones inquisitivas en las audiencias del Senado. Aunque no forma parte del ala más progresista de los demócratas, derrocha más carisma que Biden, combinación que finalmente les ha llevado a la victoria.