El senador Bernie Sanders ha decidido poner punto y final a su carrera hacia la candidatura del Partido Demócrata, tal y como ha anunciado a los integrantes de su campaña según recoge CNN.
Con este movimiento, Sanders abre el camino a Joe Biden para enfrentarse a Donald Trump en las próximas elecciones en Estados Unidos, que se celebrarán en noviembre. En ello han influcido, además, las derrotas que ha sufrido contra el que ya se consideraba como candidato favorito en este proceso de primarias.
A favor de Biden se encuentra su papel como exvicepresidente de Barack Obama, su cercanía a él y el anhelo de levantar una campaña que permita levantar a un electorado que, en cierta medida, da por descontada una nueva victoria de Donald Trump. También su posicionamiento político menos escorado hacia la izquierda permite atraer a un mayor nicho de votantes del que se atribuye a Sanders, más proclive a la polarización del debate.
A pesar de todo, las encuestas daban muchas posibilidades a Bernie Sanders en enero y febrero. Sin embargo, las derrotas que ha encontrado en Carolina del Sur a finales de febrero, siguiendo por Michigan y Florida, empezaban a mostrar que su campaña se estaba debilitando por momentos.
El objetivo: evitar las guerras demócratas de 2016 y aglutinar a todo el voto contrario a Trump
Ahora, Joe Biden tiene el reto de aglutinar todo el electorado contrario a Donald Trump y evitar la confrontación que protagonizaron Hillary Clinton y el propio Bernie Sanders en las elecciones de 2016 (cuando Sanders no pidió el voto para la candidata de su partido).
Por ello, Biden lleva varias semanas incluyendo algunas de las propuestas que se habían incluido en las candidaturas de sus dos principales rivales, Sanders y Elizabeth Warren. Así lo hizo con la propuesta de educación universitaria gratutia para familias con ingresos menores de 125.000 dólares anuales o con la aprobación de un nuevo sistema para garantizar unos mínimos de protección social a las familias más vulnerables.
El obejtivo, aglutinar al votante más situado a la izquierda, a la vez que se ofrece una imagen de moderación con la sombra de Barack Obama en la espalda. Una campaña en la que se busca más un voto transversal que un voto protesta frente a las políticas que ha realizado Donald Trump durante los últimos cuatro años.
