En diciembre de 2016 saltaba la noticia: las jirafas se habían convertido en una especie en peligro de extinción. La nueva Lista Roja de Especies Amenazadas la catalogaba como 'vulnerable', pues su población se ha visto reducida hasta un 40% en los últimos 30 años. Y hoy, en marzo de 2018, parece que lo hemos olvidado y que su próxima desaparición se ha vuelto "invisible" a nuestros ojos.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) hizo la llamada de alerta: el número de jirafas, el animal terrestre más alto del planeta, cayó por debajo los 100.000 ejemplares en 2015. Esto se debe principalmente a las amenazas que pesan sobre su hábitat y a la caza furtiva, señaló esta organización de referencia que sigue de cerca el estado de las especies animales y vegetales del mundo.
"Estos animales majestuosos se enfrentan a una extinción silenciosa", apuntó Julian Fennessy, copresidente del grupo encargado de controlar la población de jirafas para la UICN. Y es que, a pesar de la admiración que nos despierta su largo cuello y piernas, su situación es más crítica de lo que pensamos y nos hacen ver.
En muchas partes del continente africano las jirafas han sido sacrificadas en grandes cantidades debido a prácticas de caza ilegales. Esto incluye hacerlo por deporte, para vender las pieles e incluso consumir su carne. UICN ha entrado en escena y ha hecho una petición legal al servicio estadounidense de pesca y vida salvaje para que se garantice la protección de las jirafas. La razón por la cual la solicitud se haya hecho a Estados Unidos es porque es el primer importador de trofeos de caza y en el que participan más personas en expediciones de caza.
Entre las nueve especies de jirafas repartidas en 21 países, tres no corren riesgo, una está estable, pero las otras cinco han sufrido un importante declive, según este informe publicado en México en el marco de la Conferencia de la ONU sobre biodiversidad reunido en Cancún.
Según los científicos, el planeta vive una nueva extinción masiva, la sexta en 500 millones de años. Actualmente, las especies desaparecen entre 1.000 a 10.000 veces más rápido que hace uno o dos siglos.
El comercio internacional provoca una sobreexplotación de este animal. Y es que hay quienes defienden que la caza de trofeos es beneficioso para la conservación de las especies y para aportar riqueza económica a algunos países subdesarrollados.
Otras especies en peligro de extinción
Más de un 11% de las 742 especies de aves descubiertas están incluidas en alguna categoría de riesgo de extinción en la nueva edición de la Lista Roja de Especies Amenazadas. En esa evaluación se ha destacado algunas de las aves de jaula más codiciadas, especialmente a las especies de loros o cotorras, que podrían dejar de existir en estado salvaje si no se adoptan medidas urgentes.
Dentro de la categoría de especies vulnerables se encuentra el oso panda gigante, que durante años fue un símbolo de los animales en vías de extinción y a principios de septiembre salió de la categoría "en peligro crítico". La población de estos animales aumentó un 17% hasta 2014, y ahora hay 1864 adultos, que sumados los pequeños alcanza un total a más de 2.000 ejemplares. El resultado, explicó la actualización de la Lista Roja de la UICN, es fruto sobre todo del esfuerzo de las instituciones chinas.
Las noticias no son tan esperanzadoras para el gorila. La caza ilegal en la República Democrática del Congo borró el 70% de los gorilas orientales en los útimos 20 años, tanto que pasaron de la lista de "vulnerables" a "en peligro crítico".
Por último, aunque no están aún en peligro inmediato, también las cebras, antiguamente una de las especies más abundantes del mundo, se hallan en unas situación complicada. La población, indicó el UICN, se redujo un 24% en los últimos 14 años, pasando de 660.000 a poco más de 500.000, tanto queentraron en la lista de "cercanas a estar amenazadas".
