La muerte de Jeffrey Epstein, el magnate acusado de dirigir una trama de explotación de menores, ha dado la vuelta al mundo. A pesar de que en un primer momento se apuntó a un suicidio, la Justicia ha abierto una investigación ante las sospechas basadas en varios puntos: su abogado había denunciado amenazas de muerte, su cliente había aparecido varios días antes con marcas en el cuello sin constatar a ciencia cierta el intento de quitarse la vida y la prisión no le aplicó el protocolo antisuicidios como debería.
Porque las incógnitas que rodean al desenlace de Epstein son enormes y se alimentan de todos los flecos que esconde su trayectoria. Como la gran cantidad de personas influyentes que acudían a su apartamento, entre las que se encuentran los presidentes de Estados Unidos Donald Trump y Bill Clinton. O el origen de su fortuna: ganaba 10 millones de euros anuales sin que su cartera de clientes como asesor financiero fuera tan abultada como acostumbraba a presumir. O que hubiera montado una trama de explotación de menores con impunidad, tan solo habiendo pactado con la Justicia un acuerdo secreto que incluía 13 meses de prisión y seis días a la semana en los que pasaba 12 horas a su libre disposición. Un acuerdo que se ha llevado por delante al responsable de Trabajo del Gobierno de Trump.
Pero es que, además, la muerte de Epstein se ha producido apenas unas horas después de que se hiciesen públicos varios documentos previamente confidenciales con los testimonios de sus 'esclavas sexuales'. En ellos aparecen citados "un presidente extranjero español", "un muy conocido primer ministro" y el propietario "de una gran cadena de hoteles" en Francia, entre otros.
La persona que apunta hacia todos ellos es Virgina L. Giuffre, una de las mujeres que acusan a Epstein de explotarla sexualmente y que citó con nombres y apellidos a varias personas en una declaración judicial de 2016 a la que ahora tiene acceso el diario El Confidencial.
Algunas de esas personas son las siguientes: el tercer hijo de la Reina Isabel II y Príncipe Andrés de Reino Unido (vinculado en varias ocasiones en esta causa), el exGobernador de Nuevo México Bill Richardson, el científico del MIT Marvin Minsky y el agente de modelos Jean-Luc Brunel.
Giuffre también señala a personas importantes, aunque no da nombres: "Había, ya sabes, otro presidente extranjero. No puedo recordar su nombre. Era español. Había un montón de ellos". Hay dudas sobre si la víctima se refiere a una persona procedente de España o simplemente hispanoparlante, pero lo cierto es que el registro de pasajeros del avión privado de Epstein guarda, al menos, dos visitas del expresidente colombiano Andrés Pastrana. No hay nadie, al menos en estos escritos, que haya ejercido como presidente del Gobierno de España.
Los escritos muestran cómo Pastrana utilizó el avión privado de Epstein, como hemos comentado, en dos ocasiones. Una de ellas, con el objetivo de volar desd el Aeropuerto de Teteboro (Nueva Jersey) al de Palm Beach. La otra, con el objetivo de trasladarse desde allí hastya el de Lynden Pindling, el mayor aeródromo de las islas Bahamas.
También aparece Trump
Giuffre nunca ha señalado directamente al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en sus acusaciones, aunque sí reconoce que le conocía. No hay que olvidar que la amistad entre Epstein y el magnate era estrecha, aunque el mandatario se esfuerza ahora en ocultarlo.
Sin embargo, Trump aparece en los documentos en hasta dos ocasiones. Una de ellas, cuando Giuffre asegura que "filtreó" con ella, pero que no le vio mantener relaciones sexuales con ninguna de las chicas. La otra, en el registro de pasajeros, cuando supuestamente utilizó el avión de Epstein noviembre de 1996 para trasladarse desde Palm Beach hasta el aeropuerto de Newark, cerca de Nueva York.
Más frecuente es la aparición de Bill Clinton. El expresidente demócrata es un habitual en el registro de pasajeros del avión de Epstein, habitualmente acompañado por varios miembros del servicio secreto.