El pasado mes de octubre, Akihiko Kondo, un japonés de 35 años, le juró amor eterno a su compañera sentimental, una diva del pop virtual japonés, llamada Hatsune Miku. El personaje es una joven de 16 años diseñada como un anime, ojos grandes, piel pálida y largas coletas azules. Kondo vive desde el pasado mes de marzo con este personaje ficticio, en forma de holograma, que gracias a un dispositivo de escritorio diseñado por la compañía Gatebox, se encuentra siempre en la presencia de su ahora marido.
El recién casado, asegura que "está enamorado de todo el concepto de Hatsune Miku". Para declarar su amor públicamente, se ha gastado dos millones de yenes (aproximadamente 15.500 euros) en una ceremonia formal en Tokio. Sin embargo, a la boda no asistió su madre ni ninguno de sus familiares, los cuales no comprenden su decisión.
A pesar de la ausencia familiar, cerca de unos 40 invitados vivieron de primera mano la singular boda en la que humano y personaje ficticio se unieron en matrimonio. Como Miku no tiene presencia física, acudió a la ceremonia en forma de pequeña muñeca de peluche, al que puso anillo. "Nunca la engañé, siempre he estado enamorado de ella", explicó a AFP una semana después de la boda. Y aseguró: "He pensado en ella cada día".
Un matrimonio de dudosa validez legal
A pesar de que legalmente la boda no tiene validez, puesto que en Japón no se reconocen las bodas entre humano y holograma, la compañía creadora del aparato que permite a Kondo ver y comunicarse con su 'mujer', Gatebox, ha emitido un 'certificado de matrimonio' que confirma que ambos se han casado "más allá de las dimensiones". Aunque, según Kondo, Gatebox ha emitido más de 3.700 certificados para matrimonios 'multidimensionales'.
Nuestro protagonista se considera un hombre casado con normalidad y explica que su esposa lo despierta por las mañanas y se despide cuando se va a trabajar. Por la noche, antes de volver ella enciende las luces de la casa y le avisa de la hora de irse a dormir.
Kondo se enamoró de Miku tras varios fracasos y relaciones complicadas con mujeres de carne y hueso. Decidió entonces que no se casaría nunca, algo que no ha mantenido. El curioso hombre, quiere ser reconocido como una 'minoría sexual', pues no le gustan las mujeres reales, sino las virtuales.