James Bond, el agente 007 conocido por haberse enfrentado a multitud de enemigos en sus películas, podría haberse muerto mucho antes si atendemos a los hábitos poco saludables que ha llevado su personaje a lo largo de toda la saga.
Así lo ha confirmado un estudio que ha sido elaborado por tres microbiólogos, los cuáles han hecho un repaso de las 25 películas que conforman toda la saga y, entre otros datos, han concluido que el agente llega a tener un total de 59 relaciones sexuales sin protección y que además solo se lava las manos dos veces durante todas las cintas.
El estudio, que se titula 'Sin tiempo para morir: un análisis en profundidad de la exposición de James Bond a agentes infecciosos', en relación a 'Sin tiempo para morir', la última película de la saga, ha sido creado por Wouter Graumans y Teun Bousema, investigadores de la universidad de Radbund, en Países Bajos, y ha contado también con la ayuda de William J.R. Stone, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
"Es un milagro que siga vivo", han anunciado después de haber hecho pública su investigación. Estos autores han concluido que, además de llegar a tener 59 relaciones sexuales sin protección, un 27% de sus parejas sexuales muere justo después de haber tenido sexo con James Bond, lo que podría significar que el agente está propagando una ETS (Enfermedad Transmisión Sexual) entre sus parejas.
Poca higiene
En cuanto a sus medidas de higiene, la investigación confirma que el espía sólo llega a lavarse las manos dos veces en las 25 películas, lo que hace que sea un principal candidato a contraer un patógeno transmitido por alimentos. Su alimentación tampoco es que sea la adecuada, ya que casi nunca consume bebidas sin alcohol, lo que hace que sea un principal candidato a sufrir una deshidratación severa.
Además, tampoco se le ve lavando la fruta y, según los investigadores,"con la diarrea como la causa más común de morbilidad asociada a los viajes, sería de esperar que Bond tomara precauciones para prevenir las infecciones transmitidas por alimentos".
Así, todo esto hace que James Bond sea "particularmente ingenuo ante la amenaza de enfermedades infecciosas", afirma la investigación.