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El Jainismo, la religión vegana que cree que cortar plantas es asesinato

El Jainismo tiene su base en la India, uno de los países donde hay más personas veganas. Sin embargo, van más allá y rechazan comer ciertas plantas.

El veganismo es una filosofía de vida que se extiende con el paso del tiempo. Este modo de alimentación consiste en no consumir ningún producto de origen animal, ni siquiera leche o huevos. Y es que estas personas animalistas combaten la violencia y la explotación de estos seres vivos.

Ahora, si queremos acercarnos al plano espiritual, quizás nos interese conocer el Jainismo, que se trata de una religión india que comparte estos preceptos: "Comemos sin violencia. Eso quiere decir que no ingerimos nada que haga daño a los seres vivos", explica Ruchit Sakhariya, un seguidor de esta fe.

Sin embargo, esta religión rechaza algunas de las creencias del hinduismo. Es atea, por lo que no cree en la existencia de un dios o de varios dioses, y tampoco tiene libros sagrados. Sus bases son la educación, la alfabetización y la no violencia contra los seres vivos.

De ahí nace su dieta, pues aunque el veganismo está muy extendido en la India, la religión jainista va más allá y rechaza el 'asesinato de plantas'. "Yo hablo de todos los seres vivos, no solo animales. También pensamos en los microorganismos y las plantas. Y sí, arrancar una planta es violencia, pero es una violencia que debemos aceptar solo por pura supervivencia humana", aclara Sakhariya.

La diferencia de los vegetales

No es lo mismo cortar de raíz una hortaliza del suelo que coger una fruta de un árbol
"No es lo mismo cortar de raíz una hortaliza del suelo que coger una fruta de un árbol"

Las reglas de esta religión con respecto a los alimentos son de las más extremas que existen. Como cualquier vegano, no comen productos de origen animal como la leche o los huevos, pero tampoco apoyan la miel, porque consideran que las granjas de abejas maltratan y estresan a los animales. Aun así, este debate existe actualmente en los veganos occidentales, pero los seguidores del Jainismo lo tienen claro: la miel es un producto de origen animal.

Lo que más llama la atención de su dieta es la distinción que hacen sobre los vegetales, pues son conscientes de que han de comerlos: "Si queremos sobrevivir debemos consumir plantas. Eso, claro está, comporta violencia: arrancarlas, cultivarlas en masa, cortarlas... Pero consumir algunas plantas implica más sufrimiento que otras, y por eso no comemos verduras y hortalizas que crezcan dentro de la tierra".

Para ellos, las frutas que crecen en los árboles no son lo mismo que las hortalizas que nacen de la tierra, que deben ser arrancadas de raíz. Por lo tanto, tienen prohibido comer patatas, zanahorias, cebollas, lechugas y un largo etcétera.

Sus creencias se basan en la diferencia entre cortar una planta que seguiría creciendo si no la 'asesinas' y coger un tomate que terminaría cayéndose y pudriéndose. Pero es que también piensan en todos los microorganismos que viven en la tierra y que pueden verse perjudicados con estas labores. Por ello, también tienen prohibido beber alcohol, pues en las uvas o la cebada se generan ciertas bacterias que ayudan a la fermentación y que terminan muriendo.

La dieta antigua

Las legumbres y los frutos secos son parte importante de la dieta jainista
"Las legumbres y los frutos secos son parte importante de la dieta jainista"

Parece bastante difícil pensar en una alimentación sin productos animales y quitando ciertos vegetales, pero los jainistas pueden comer muchas cosas: "Lentejas, arroz, verduras, salsas, curry, frutos secos... son muchas las opciones", asegura Sakhariya.

Aun así, el propio Ruchit Sakhariya reconoce que antiguamente los seguidores tenían más limitaciones y la dieta era más estricta. Los más puristas del Jainismo no ingieren ningún tipo de partícula viva por considerarlo pecado.

En la antigüedad, los jainistas filtraban el agua con una tela para no tragarse los microorganismos que vivían en ella. Ahora, al menos, han dejado de hacerlo con el agua embotellada, pero aún hay algunos creyentes extremos que siguen con esta práctica.

No a cocinar de noche y a las sobras

La monja Samani Pratibha Pragya vive de la caridad de los jainistas de Londres | New Asian Post
"La monja Samani Pratibha Pragya vive de la caridad de los jainistas de Londres | New Asian Post"

Otra de las prácticas más sorprendentes es que no cocinan de noche porque eso atrae a muchos insectos al fuego. Es por ello que muchos jainistas optan por el ayuno nocturno.

Con el mismo objetivo de evitar cualquier polo de atracción de seres vivos, tampoco suelen dejar comida ni guardarla para comerla al día siguiente. "Si la tiras a la basura acumulará microorganismos que acabarán muriendo cuando se pudra la comida", contó a la BBC Samani Pratibha Pragya, una monja jainista. "Estoy causando daño sin querer. Por lo tanto, no puedo rechazar comida, tengo que minimizar el daño que causo a los seres vivos".

"Las reglas parecen muy ortodoxas, pero no las seguimos siempre al pie de la letra. El filtro del agua o el ayuno nocturno son las que más personas incumplen", aclara Ruchit Sakhariya. "El resto de reglas podemos cumplirlas más fácilmente. Si estás acostumbrado desde pequeño es fácil, además de gratificante: porque sabes que tu existencia no está dañando ningún ser vivo".

No a las posesiones materiales

Ruchit Sakhariya tiene su familia, su casa y su trabajo como fotógrafo
"Ruchit Sakhariya tiene su familia, su casa y su trabajo como fotógrafo"

Como en otras religiones, muchos creyentes hacen voto de pobreza y no pueden tener posesiones materiales. No utilizan móviles, ordenadores ni ningún objeto que no sea necesario para la supervivencia.

Samani contó a la BBC que sus únicas posesiones son unas ropas de tela y unos cuencos con los que mendiga comida a los jainistas. Las monja vive en Londres, ciudad donde hay 10.000 familias jainistas. "Confío en ellas para obtener comida y alojamiento y, a cambio, es mi trabajo como monje jainista darles una elevación espiritual", cuenta ella.

Por otra parte, algunas personas son fervientes seguidoras del Jainismo pero no siguen al pie de la letra las imposiciones de su religión. Tienen una casa, un trabajo, ganan dinero y tienen bienes materiales. "Tengo cámara, soy fotógrafo. No me podría dedicar a esto si fuera rígido y estricto con los códigos religiosos", cuenta Sakhariya, quien asegura que estas normas tan estrictas se ven relegadas solo a los monjes.

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