Continua la escalada entre Hezbolá e Israel, después de que el estado hebreo haya propiciado una cadena de explosiones en los dispositivos de comunicación de la milicia chií, y de que su líder haya interpretado el ataque como una "declaración de guerra", que Israel definió como "una nueva dimensión del conflicto".
Las fuerzas israelíes han desplegado, solo un día después, un bombardeo contra la capital de Líbano, Beirut, que ha calificado como "selectivo". Dicho ataque ha dejado ocho muertos y 59 heridos, según el Ministerio de Salud del Líbano, en una zona residencial del suburbio de Dahiye, considerado como un bastión del partido-milicia chií Hezbolá en el sur de Beirut.
Israeli F-35 planes fired several missiles at a building where high-ranking Palestinian and Hezbollah terrorists were meeting. Reportedly at least 15 were killed, amongst them Hezbollah's number 2, Ibrahim Aqil.
— Imtiaz Mahmood (@ImtiazMadmood) September 20, 2024
They decided to meet as pagers were dangerous. Exactly as Israel... pic.twitter.com/x9nv2LJfIJ
Este ataque tenía como objetivo matar al jefe de las unidades especiales de Hezbolá, Ibrahim Aqil. La milicia chií ha confirmado su fallecimiento, junto a otros miembros de la unidad, mientras mantenían una reunión en la zona atacada. Esta es la primera vez desde julio que Israel ataca este territorio, entonces asesinaron al número dos de la milicia, Fuad Shukur.
Objetivo de Israel y Estados Unidos
Ibrahim Aqil estaba en la mira de Israel, pero también de Estados Unidos. El país norteamericano ofrecía una recompensa de siete millones de dólares (6,3 millones de euros) porque le considera uno de los responsables del ataque a la embajada de EEUU que acabó con la vida de 63 estadounidenses en 1983.