Que Donald Trump mantiene buenas relaciones con Israel no era ninguna novedad. Y que su decisión de reconocer a Jerusalén como capital del Estado judío ha provocado todo un terremoto en el avispero de Oriente Próximo, tampoco es un secreto.
Gracias a esta última decisión (que ya ha provocado varios muertos en las protestas palestinas), el Ejecutivo de Reuven Rivlin se ha propuesto dedicar el nombre de la nueva estación del tren en Jerusalén a... Donald Trump.
Como lo leen. Y lo han hecho en la línea que traslada hacia el muro de las lamentaciones, uno de los lugares más sagrados para los judíos de todo el mundo. Una evidencia del apoyo que profesan hacia el presidente estadounidense.
Según informa The Jerusalem Post, la decisión parte del ministro de Transportes Israel Katz, que ha subrayado que "el Muro de las Lamentaciones es el lugar más sagrado para el pueblo judío", por lo que asegura que ha "decidido nombrar la estación de tren que lleva hasta allí en homenaje al presidente Trump, tras su histórica y valiente decisión de reconocer Jerusalén como la capital de Israel", asegura Katz.
La estación de tren ya se encuentra en pleno desarrollo y el gobierno ha aprobado todos los planes para llevar a cabo su construcción. Según asegura el diario Yedioth Aharanoth, comprenderá un túnel de tres kilómetros desde la estación de Umma y la entrada a la ciudad desde el barrio judío.
El responsable de transportes también ha señalado que el proyecto servirá para ampliar la extensión de la red ferroviaria de Tel Aviv a Jerusalén y que será el proyecto nacional más importante. Por ello, será toda una prioridad en su departamento.
La red de alta velocidad ferroviaria desde Tel Aviv a Jerusalén lleva en construcción desde el año 2001 y complementará la red tradicional que ya opera entre ambas ciudades. Todo un desarrollo que ya están llevando a cabo otros países de la región como Arabia Saudí, tomando como referente la infraestrucura del AVE español.
Tensiones en Oriente Próximo
La decisión del presidente Trump solo ha servido para incrementar las tensiones políticas y religiosas que mantiene el avispero de Oriente Próximo, en toda una guerra de religiones que, en algunos aspectos, remite a la Edad Media en Europa.
La ciudad había sido considerada como un nexo entre musulmanes, cristianos y judíos, puesto que todos consideraban el enclave como primordial dentro de sus religiones. Un lugar de cierto entendimiento en mitad de un panorama desolador.
La decisión de Trump ha sido recibida con gran alegría entre los israelíes, pero deja en clara desventaja al pueblo palestino, originario de toda la zona y que está siendo desplazado poco a poco de sus tierras.
Las protestas por esta decisión han sido especialmente violentas y han dejado varios muertos.