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Israel da 24 horas para evacuar un millón de personas de Gaza mientras denuncian bombardeos con fósforo blanco

El uso de fósforo blanco magnifica el riesgo para la población civil, viola el derecho humanitario y genera secuelas permanentes.

Israel da 24 horas para evacuar un millón de personas de Gaza mientras denuncian bombardeos con fósforo blanco

El Ejército de Israel ha ordenado la evacuación hacia el sur de más de 1,1 millones de habitantes de la franja de Gaza, una orden para la que ha dado un plazo de 24 horas y que la Organización de Naciones Unidas (ONU) ve imposible de cumplirse.

La ONU ha recibido este comunicado a través de oficiales de enlace israelíes, que han trasladado que los ciudadanos deben ser desplazados. Esta orden se realiza antes del lanzamiento de una invasión terrestre de las Fuerzas Armadas de Israel en respuesta al ataque de Hamás del pasado sábado.

El ejército israelí ha expresado que se pide la evacuación de todos los civiles para "garantizar su propia seguridad y protección" y que en en estos momentos "la ciudad de Gaza es una zona donde se llevan a cabo operaciones militares". Además, limitan esta decisión a "la propia seguridad" y les emplazan a que "solo podrán regresar cuando se haga otro anuncio que lo permita".

Además, también obliga a los habitantes de Gaza a alejarse de la valla que les separa del Estado de Israel y argumenta esta decisión en que "los terroristas de Hamás se esconden en la ciudad dentro de túneles situados debajo de casas y dentro de edificios habitados por civiles inocentes"

Desde la portavocía de la ONU, Stéphane Dujarric ha explicado que se pretende la expulsión de "toda la población situada al norte de Wadi (valle) de Gaza", incluyendo a la ciudad de Gaza, la capital del territorio costero palestino. Sobre esta cuestión, ha precisado que no se puede realizar tal movimiento de personas "sin consecuencias humanitarias devastadoras".

La respuesta del embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, ha sido calificar de "vergonzosa" la "respuesta de la ONU al aviso previo de Israel", en el que ofrece 24 horas de margen para la expulsión de los habitantes de la franja en la que residen actualmente.

Desde Hamás, mientras tanto, se ha instado a la población civil a ignorar los mensajes alertando de ataques desde el Gobierno israelí, que ha calificado de "falsa propaganda dirigida a confundir a los ciudadanos y romper la cohesión interna palestina". Israel señala a Hamás y afirma que este grupo "les está utilizando como escudos humanos", mientras tanto, expresa en su comunicado que con la operación que realizará en la franja "se harán grandes esfuerzos para evitar daños a los civiles".

Uso de fósforo blanco en las operaciones militares

La ONG Human Rights Watch (HRW) ha denunciado el uso de fósforo blanco por parte del Ejército de Israel en sus operaciones militares, tanto en la franja de Gaza, controlada por Hamás, como en el Líbano. Esta organización denuncia del riesgo que supone, especialmente en el caso de civiles.

Este tipo de armas, recuerda la organización, implica un alto riesgo de quemaduras y sufrimiento que permanece durante el resto de la vida. Además, el fósforo blanco actúa de forma indiscriminada cuando actúa en zonas urbanas pobladas, puede sumar casas y generar daños incalculables.

La organización denuncia que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han utilizado estas armas durante, al menos, la jornada del martes en Líbano y el miércoles en Gaza. La ONG ha verificado vídeos en los que se muestra ráfagas de fósforo blanco disparadas con artillería sobre el puerto de la ciudad de Gaza y dos localidades rurales en la frontera con el Líbano.

HRW pide a ambas parte del conflicto reducir todo lo posible el sufrimiento del conflicto en la población civil y explicita a Israel que deje de emplear el uso de fósforo blanco en sus incursiones militares en la Franja de Gaza por los daños que está causando.

El fósforo blanco provoca incendios. Se enciende al exponerse a oxígeno atmosférico y continúa ardiendo hasta que se priva. Es muy soluble a grasas, por lo que quema carne humana térmica y químicamente. Sus fragmentos exacerban las heridas y causan insuficiencia orgánica, mientras que las heridas ya vendadas pueden volver a encenderse después de haber retirado los vendajes al exponerse al oxígeno. Las cicatrices en los supervivientes crean discapacidades físicas y trauma psicológico en sus víctimas, así como exclusión social.

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