La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, empieza a aplicar su plan de privatizaciones sanitarias aprovechando la desescalada en la región. Varios fondos de inversión se han instalado en la capital durante los últimos meses, entre ellos Medical Properties Trust (MPT), dedicado a la gestión de privatizaciones sanitarias.
El primer paso se aplicará en el Hospital Niño Jesús de Madrid. Díaz Ayuso ha aprovechado el boom mediático de la entrada en la fase 1 y el minuto de silencio por los muertos en la región para, posteriormente, anunciar un nuevo plan que incluye la entrada de capital privado en un hospital gestionado hasta la fecha íntegramente como un centro público.
Se trata del modelo Alzira, que consiste en desmontar el engranaje de la sanidad pública para ceder toda la gestión a empresas privadas, un primer paso para avanzar a un modelo donde la sanidad pública es residual. En Madrid hay una larga lista de hospitales gestionados mediante este modelo, como el hospital Infanta Leonor, el Infanta Sofía, el hospital del Tajo o el Rey Juan Carlos.
La composición del Gobierno madrileño tampoco dejaba dudas sobre las intenciones de Díaz Ayuso. En su gobierno se encuentra el consejero de Hacienda Javier Fernández-Lasquetty, que tuvo que dimitir como consejero de Sanidad en enero de 2014 por su intención de privatizar seis grandes hospitales de la región. Las manifestaciones de las denominadas como 'Mareas Blancas' fueron fundamentales para evitar aquel plan. Lasquetty posteriormente fue defenestrado por Mariano Rajoy, se marchó a Panamá para trabajar con un fondo de inversión y ahora ha vuelto a España tras recibir la llamada de la actual presidenta.
Los detalles de un plan anunciado en segundo plano y entre las carencias estructurales de la sanidad
El plan se compone de la construcción de un nuevo pabellón de 9.000 m2 y un aparcamiento subterráneo, todo por un coste de 21 millones de euros y en gestión privada. Todo, mientras que la sanidad madrileña ha exhibido sus carencias estructurales durante la actual pandemia.
La inversión es considerable y aleja la posibilidad además de un refuerzo real en la sanidad pública tras la pandemia. Los sanitarios de la región consideran que Madrid necesitaría contratar a 750 médicos para que la desescalada se pudiera realizar con completa seguridad, aunque Ayuso finalmente ha conseguido pasar de fase sin este refuerzo.
El plan, además, supone la construcción de un aparcamiento en el barrio de Retiro, precisamente una idea que el PP no consiguió sacar adelante en el Ayuntamiento de Madrid cuando Ciudadanos votó en contra al considerar que "se trata de un proyecto que nadie ha solicitado, que no figuraba en el programa electoral y que sería perjudicial", en palabras del concejal presidente del distrito, Santiago Saura (Cs).
