La Primera Ministra británica, Theresa May, ha conseguido finalmente poner de acuerdo a sus ministros en el plan de salida de la Unión Europea votado el 23 de junio de 2016. El Tratado de separación consta de 585 páginas, 185 artículos, 3 protocolos y varios anexos, que recogen los 17 meses de conflictivas negociaciones en Londres. El acuerdo llega de manera 'in extremis', pues lo único que es seguro e inamovible en esta materia es que el Reino Unido se marchará de la UE el 29 de marzo de 2019.
Los jefes de Estado y de Gobierno europeos se reunirán en una cumbre extraordinaria el 25 de noviembre para ratificar el acuerdo. Más tarde, lo hará la Cámara de los Comunes, que votará alrededor del 10 de diciembre. Finalmente la Eurocámara se pronunciaría entre febrero y marzo. ¿Qué pasará si el Parlamento británico rechaza el acuerdo?¿Pueden haber más contratiempos para el gobierno de May?¿Da tiempo de renegociar? El interlocutor de la UE, Michel Barnier, avisa de que todavía queda "mucho trabajo" y un camino "largo y quizá difícil". A continuación te contamos los puntos más importantes del costoso tratado aprobado por el gobierno británico:
1 Irlanda
El acuerdo desbloquea, en un principio, la cuestión Irlandesa. Despejando preocupaciones de que Irlanda del Norte se dividiría del resto de Gran Bretaña, ambas partes acordaron un territorio aduanero entre la UE y el Reino Unido, en el que Irlanda del Norte seguiría las normas del mercado único de la UE. Pretenden resolver el problema pactando en el futuro un acuerdo comercial que elimine los controles fronterizos entre ambos territorios. La pertenencia del Reino Unido a la unión aduanera tras el Brexit, permitirá la libertad de aranceles y cuotas en el mercado único de las mercancías británicas.
A cambio del privilegio comercial, el acuerdo obliga a Londres a seguir aplicando las reglas comunitarias en cuestiones medioambientales, sociales, de competencia y de fiscalidad. La rebuscada solución cumple los objetivos y contenta lo máximo posible a todas las partes: no remueve el conflicto irlandés, mantiene el mercado único y sostiene la integridad territorial de Reino Unido. Esta forma de 'Brexit blando', no contenta a los conservadores euroescépticos, que sostienen que Reino Unido se convertirá en "vasallo" de la UE, pues seguirá teniendo que cumplir sus normas obligatoriamente.
2 Gibraltar
El Tratado recoge bases de cooperación administrativa sobre temas que conciernen a la zona: los derechos de los ciudadanos, la fiscalidad, el tabaco, el medioambiente, la pesca e incluso la cooperación policial y aduanera. El protocolo no aborda en ningún momento la disputa por la soberanía sobre el peñón, sino que aborda rencillas sobre las relaciones entra ambos países, como el estatus de paraíso fiscal, la proliferación del contrabando, el aeropuerto o los vertidos ilegales.
3 Europeos con residencia en Reino Unido
El preacuerdo garantiza totalmente el derecho a permanecer de por vida en el país a los 3,3 millones de ciudadanos europeos que residen en él, entre ellos, 100.000 españoles. La situación de estos ciudadanos no cambiará en ningún aspecto. Podrán seguir estudiando, trabajando y precibiendo ayudas, siempre que hayan llegado al país antes del fin del período de transición, el 31 de diciembre de 2020.
El derecho a quedarse cubre también a los familiares e incluso a los bebés nacidos postbrexit. Desde Londres se comprometen a crear un simple procedimiento para que los europeos accedan al nuevo estatuto de 'asentados'. En cuanto a los 1,2 millones de británicos que viven en el continente, la situación es parecida e igualmente favorable en apariencia.
4 45.000 millones de euros en deudas
El gobierno de May parece haber acatado por completo las exigencias de la UE. Ha terminado aceptando las cifras que reclama Bruselas para saldar cuentas. Aunque el acuerdo no incluye ninguna cifra exacta, los expertos coinciden en que Reino Unido se ha comprometido a pagar hasta 45.000 millones de euros.
En cuanto al desglose de la cantidad, entre 22.000 y 23.000 millones correponderían a compromisos financieros asumidos por la UE a largo plazo; 17.000-18.000 millones para cubrir los gastos de los dos próximos años (el presupuesto de la UE se pacta en periodos de 7 años) y entre 2.000 y 4.000 millones para pasivos como pensiones de los eurofuncionarios.
5 Una transición de 21 meses
El período que abarca desde el 30 de marzo de 2019, cuando se hará oficial la marcha del Reino Unido de la UE hasta el 31 de diciembre de 2020, se proporcionará para dar más tiempo a ciudadanos, administraciones y empresas a adaptarse a la situación. Durante este tiempo, el país seguirá tanto en la unión aduanera como en el mercado único.
Sin embargo, durante estos 21 meses, no participará en las instituciones europeas, pero tendrá que seguir cumpliendo todas las normas comunitarias, incluyendo las que se aprueben en su ausencia. Un panorama desolador para los euroescépticos y partidarios del Brexit, que reclaman una soberanía propia sin incursiones de la UE en sus políticas.
Aunque tanto Bruselas como Londres se han comprometido a mantener relaciones cooperativas tras el Brexit, como firmar acuerdos de libre comercio y eliminar aranceles. El verdadero futuro se decidirá a partir del 30 de marzo de 2019, cuando Reino Unido abandone finalmente la Unión.