Ayer, 28 de febrero, y como cada miércoles desde que terminó 2017, las mujeres se lanzaron a las calles en Irán. Lo hacen desprovistas del hijab, algo que se considera totalmente ilegal. Desde que tuvo lugar la revolución islámica, todas las mujeres en Irán deben llevar hijab y vestir "de forma apropiada"; la que no lo haga podrá recibir una multa de hasta 500.000 riales.
Esta iniciativa se llama #WhiteWednesdays, y es una de las propuestas por la ola de mujeres feministas que están sacudiendo Irán. Reivindican su derecho a vestir como quieran, sin necesidad de taparse si es que no desean hacerlo; no señalan el hijab como herramienta de opresión de forma sistemática, pero sí que indican que el verse obligadas a llevarlo (no hacerlo libremente) es una forma de opresión. Los miércoles blancos dieron comienzo en diciembre, a causa del arresto de Vida Mohaved.
Esta mujer fue grabada mientras sotenía en alto su hijab, atado a un palo, y lo agitaba ante una multitud. Cuando fue arrestada, una enorme cantidad de mujeres iraníes vio en este acto la necesidad de alzar la voz ante las injusticias. Comenzaron a subir día a día vídeos y fotografías a las redes sociales sin velo, bajo el hashtag #WhiteWednesdays.
Mas esta lucha está siendo reprendida con ferocidad, tanto por parte de los miembros de la seguridad nacional como por parte de aquellos que se consideran devotos de esta moral. Las mujeres son increpadas por aparecer sin hijab, por luchar por su libertad; hay fotografías en las que se puede ver cómo otras mujeres con hijab son las que se encaran con las primeras. Son mujeres que se han criado en una cultura con unos valores muy marcados, y que ven como perjudicial e incluso pecaminoso todo aquello que se salga de esos valores; no hay que juzgarlas ni atacarlas por defender su verdad, sino comprender su contexto y tratar de hacerles ver que deben tener la libertad de decidir por sí mismas.
Las mujeres están siendo detenidas
La primera mujer en ser detenida por este suceso fue Vida Mohaved, que pasó todo un mes recluida sin que nadie conociera su paradero. Fue justo en ese momento en el que sus compañeras decidieron comenzar la lucha, dudando incluso de que Mohaved continuara con vida. Comenzaron a moverse bajo la etiqueta #WhereIsShe, exigiéndole al gobierno iraní que se pronunciara sobre la situación de la joven.
Desde ese momento inicial, la represión ha continuado aumentando. En enero se hizo viral un vídeo en el que se podía ver cómo una mujer llamada Maryam Shariatmadari fue empujada desde una estructura de cemento por la policía; sus heridas fueron tan graves que no quedo más remedio que hospitalzarla y realizarle una invertención quirúrgica. No obstante, eso no impidió que la ingresarán en la prisión de Shahr e Rey poco después, donde está actualmente, sin ningún tipo de atención médica pese al lapso de tiempo tan breve que ha pasado.
Según los datos que se han ido obteniendo, hay cerca de treinta y cinco mujeres arrestadas tan solo en la capital. Amnistia Internacional está encargándose de denunciar públicamente la situación, dando además más datos sobre las mujeres que han sido detenidas. Algunas de ellas se sabe que han sido torturadas, mas hay otras sobre las que no se sabe absolutamente nada. Eso sí: Narges Hosseini y Shaparak Shajarizadeh han sido acusadas de "incitar a la prostitución" por no llevar el hijab puesto en la calle.
La moral de las autoridades iraníes respecto a este tema no solo es arcaica y machista, sino que también es extremadamente preocupante. Porque con esta acusación están demostrando que creen que la responsabilidad de que los hombres sientan cualquier tipo de incitación sexual es únicamente de las mujeres. Hay que especificar en este punto que las dos mujeres que han sido acusadas de incitar a la prostitución podrían ser condenadas hasta a diez años de prisión. Es decir, diez años de cárcel por reclamar su libertad individual, por pedir poder elegir sobre la vestimenta que portan.
El fiscal jefe de Irán y el presidente del Tribunal Revolucionario de Teherán tachan a las mujeres de "idiotas"
Por si todo esto fuera poco, hemos de sumar a la situación el hecho de que altos cargos iraníes no han tenido ningún pudor en tachar a las mujeres que protestan de idiotas, infantiles, pervertidas o malvadas. También las han acusado de recibir indicaciones de agrupaciones criminales, o de responder ante enemigos extranjeros, incluso de actuar bajo los efectos de las drogas. Estamos hablando del fiscal jefe de Irán y del presidente del Tribunal Revolucionario, entre otros, que no han mostrado ningún tipo de respeto a la hora de criticar la lucha de estas mujeres.
Magdalena Mughrabi, directora adjunta para Oriente Medio y África del Norte de la organización Amnistía Internacional, ha declarado que es "una acción profundamente retrógada" por parte de la justicia, que trata de perseguir a las mujeres "que se atreven a hablar en contra del velamiento obligatorio". "Al obligar a mujeres y niñas a cubrirse el cabello, las autoridades iraníes han violado los derechos humanos de las mujeres en Irán durante décadas y también han dañado profundamente la dignidad de las mujeres. En lugar de amenazar a las mujeres con penas de cárcel por reclamar sus derechos, las autoridades deberían abolir inmediatamente estas leyes y prácticas discriminatorias, abusivas y degradantes del velo obligatorio".