La escalada de tensión en Oriente Próximo ha alcanzado un nuevo punto tras el ataque de Irán en territorio israelí, que Teherán ha enmarcado en una respuesta a la acometida del país hebreo en su consulado en Damasco (Siria), con 13 muertos, incluidos siete miembros de la Guardia Revolucionaria, entre los que destaca el líder de su rama Fuerzas Quds para Siria y Líbano, Mohamed Reza Zahedi.
Irán mantiene un pulso con Israel más propio de una guerra fría, similar a la que también mantiene con Arabia Saudí. El régimen ayatollah opera en esta región a través de milicias con las que ha establecido vinculación por compartir intereses comunes.
Entre ellas, destaca especialmente en el contexto actual la organización Hamás, que opera en la Franja de Gaza y que fue responsable del atentado contra Israel del pasado mes de octubre, que dejó 250 muertos y que Netanyahu utilizó como pretexto para iniciar la guerra que se ha cobrado la vida de más de 30.000 palestinos.
Irán también mantiene vínculos con Hezbollah, milicia instalada en el sur de Líbano y con la que Israel ha mantenido diferentes ataques que afectan al norte de su territorio. Además, el país está íntimamente relacionado con el régimen sirio de Bashar al Assad, donde mantiene bases militares, pero también con el actual gobierno iraquí, de modo que encuentra un corredor hacia el Mediterráneo a través de estos países.
Además, en Yemen cuenta con vínculos con las milicias hutíes, que mantienen una guerra con el Gobierno de Saná, que está apoyado por una coalición de las monarquías del Golfo Pérsico y apoyada internacionalmente por Estados Unidos. Estos grupos representan los tentáculos de Irán en la región, defienden sus intereses y desde ellos se ha mantenido un conflicto con Israel que hasta la fecha no se había desarrollado frontalmente.
La relación entre Irán e Israel: así se han gestado los desencuentros
Israel e Irán no han sido siempre enemigos, de hecho, ambos países se encontraban alineados durante el régimen del Sha de Persia. Se trataba de una monarquía absolutista instalada en Irán tras el golpe de Estado contra Mohammad Mosaddeq, un presidente elegido democráticamente cuyo mandato empezó a sufrir continuas crisis tras anunciar su intención de nacionalizar la gestión de su petróleo. Este suceso fue agitado posteriormente en la revolución islámica de 1979 que derrocó al Sha, instaló en el país una teocracia y fue representada como un movimiento anticolonizador en su época.
La relación durante el régimen del Shah con Israel fue tan estrecha entonces que, incluso, se convirtió en el segundo país en reconocer la existencia del Estado de Israel tras Estados Unidos. Sin embargo, la relación experimentó un giro de 180 grados tras la Revolución Islámica de 1979.
Con la llegada de la teocracia, Irán rompió por completo sus relaciones con Israel y convirtió la embajada israelí en Teherán en la sede diplomática de la Autoridad Nacional Palestina. El país pasó entonces de ser la segunda nación en reconocer a Israel a apoyar acérrimamente a los palestinos.
A pesar de que sí han existido algunos acercamientos durante este período, como la venta de armas de Israel a Irán durante us guerra con Irak entre 1980 y 1988, las relaciones se han deteriorado significativamente desde la llegada al poder el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad en 2005.
Previamente se habían sucedido las declaraciones contrarias a israel, sin embargo, Ahmadineyad endureció el tono y llamó a "borrar del mapa" al estado hebreo en 2005 y, posteriormente, sugirió que sería conveniente trasladar Israel a territorio europeo o norteamericano. Con Hasán Rohaní también se han sucedido las tensiones y calificó a Israel como "una herida en el cuerpo islámico que debe eliminarse".
Israel, gobernado por el ultraderechista Benjamín Netanyahu, también ha mantenido una dura posición contra Teherán, y en 2015 se opuso por completo a la firma de un acuerdo nuclear alcanzado en Viena entre Irán y el Grupo 5+1.
Hostilidad entre ambos países
Los desencuentros entre ambos países no se han limitado a la retórica y han incluido enfrentamientos militares, aunque en esta ocasión es la primera vez que Irán ataca directamente el territorio israelí, y se podría considerar la misma situación en sentido inverso, puesto que las embajadas se consideran territorio oficial del país.
En 2018, por ejemplo, Israel derribó un dron iraní en su espacio aéreo y, después, atacó las instalaciones en la ciudad siria de Palmira donde se había controlado. En 2019, siguieron los ataques de Israel contra objetivos proiraníes, incluido uno el 20 de noviembre con una veintena de muertos.
En 2020, Israel asesinó al científico Mohsen Fakhrizadeh-Mahabadi, considerado como padre del programa nuclear de Irán, que llevó a Teherán a señalar nuevamente a Israel y amenazó con su destrucción, a lo que continuaron acusaciones mutuas sobre ataques a buques, infraestructuras energéticas e instalaciones militares.
Con la llegada de Ebrahim Raisi a la presidencia Iraní, la situación continuó en el mismo escenario, pero experimentó un deterioro tras el ataque de Hamás en Israel del 7 de octubre, cuando el país hebreo acusó a Teherán de promocionar al grupo Hamás.