El gobierno iraquí ha anunciado el "fin de la guerra" contra el grupo terrorista Daesh, según recogen AFP y AP.
La noticia parte del primer ministro del país asiático, Haider al-Abadi, que ha asegurado ante los medios que los grupos terroristas se encuentran fuera del país tras tres años de conflicto.
El Daesh organizó su Califato en mitad de la Guerra de Siria y aprovechó la debilidad del gobierno de Irak para extender sus dominios. Posteriormente derribó la frontera entre ambos países para escenificar 'la unidad de los pueblos musulmanes', una quimera del salafismo que incluye también a gran parte de nuestro país, en relación al antiguo Califato de Damasco.
De esta forma, el Ejecutivo de Bagdad asegura que el Ejército ya controla todo el país y que "nuestras fuerzas tienen el control total de la frontera entre Irak y Siria, y es por ello que anuncio el fin de la guerra contra el Daesh", ha asegurado al-Abadi.
"La victoria se ha logrado gracias a la unidad de todos los iraquíes en la lucha contra un enemigo que no pensaba que veríamos este día", asegura el presidente, que ya cuenta con el control de los últimos feudos del yihadismo: Nínive y Al Anbar.
Con esta derrota definitiva, Irak consigue expulsar al Estado Islámico, una organización que había controlado gran parte de los territorios del país desde el año 2014. Su poder fue tan grande, que incluso llegó a establecerse en Mosul, segunda ciudad más importante e influyente de Irak.
Su presencia en el país asiático era especialmente importante, ya que tenía la posibilidad de acceder a los pozos de petróleo, tan beneficiosos para las arcas del grupo terrorista. Una fuente de financiación perdida que, junto a la merma de territorios, deja a la organización en una situación de debilidad considerable.
Intereses en la región
La noticia llega después de que Rusia anunciase también la derrota del grupo en el país, aunque hasta ahora no había sido reconocida por las autoridades locales, que tomaron la vía de la prudencia.
Irak enfrenta un gran período de desestabilización desde la invasión del país en 2003 por parte de Estados Unidos. Sin embargo, tras colocar un gobierno afín a los intereses de Irán (y por ende, de Rusia), el interés por su devenir ha crecido considerablemente.
Irán cuenta ahora con un corredor directo hacia el Mediterráneo a través de Irak y Siria, mientras que Rusia mantiene en Latakia (tradicional feudo del presidente sirio Bashar-al Assad) su única base militar mediterránea.
Los intereses del bloque ruso-iraní son especialmente fuertes, lo que ha ayudado a crear una coalición que está liberando unos territorios que han tenido que vivir bajo la tiranía del islam más rigorista.
