La Comisión Nacional de Ética en la Investigación de Brasil (CONEP, por sus siglas en portugués) investiga la muerte de unos 200 pacientes ingresados en varios centros del país, que participaron sin saberlo ni ser informados en un estudio irregular para probar la proxalutamida. Se trata de un medicamento experimental utilizado para algunos tipos de cáncer y que se testó en pacientes con Covid-19.
La proxalutamida no está registrada en Brasil y no se emplea en ningún tratamiento en este país latinoamericano. El pasado mes de julio, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) de Brasil autorizó un estudio para evaluar la seguridad y eficacia de este medicamento en la infección por coronavirus.
Los pacientes que participaron en dicho estudio fueron empleados, literalmente, como cobayas ni siquiera fueron informados de su participación. Unos hechos que actualmente se encuentran bajo investigación.
Otros estudios
La CONEP también había autorizado a principios de año la realización de otros estudios sobre la proxalutamida, realizados en el Estado de Amazonas, que implicó a más personas de las aprobadas inicialmente.
Hubo 645 participantes, cuando el máximo permitido era de 294 personas. En este caso, la investigación se llevó a cabo en todo momento en "pacientes de cuidados intensivos gravemente enfermos". Unos hechos que podrían representar un problema legal: "Hay indicios de irregularidades en el estudio, así como transgresiones de las normas vigentes sobre ética en investigación con seres humanos", denuncia un informe de la CONEP.
El pasado 9 de octubre, investigadores de la Red Latinoamericana y del Caribe de Educación en Bioética de la Unesco hicieron público un documento en el que señalan que este podría ser uno de los "episodios más serios y graves de infracción ética" y de "violación de los derechos humanos" en pacientes de la historia de América Latina. Las familias de varias de las personas afectadas ya han presentado una demanda y exigen que se aclare el caso.
