La nube radiactiva que recorrió toda Europa y envolvió España en otoño de 2017, con presencia de rutenio-106, finalmente ha encontrado respuesta. Precisamente, cerca de cumplir tres años de una fuga de la que nadie se quiso responsabilizar y que alcanzó concentraciones hasta 100 veces por encima de los niveles que llegaron al Viejo Continente tras el accidente de Fukushima.
A pesar de que las concentraciones de aquella nube no fueron lo suficientemente importantes para generar daños en nuestra salud, el secretismo con el que se trató esta crisis llevó a la incógnita: ¿qué había fallado y hasta qué punto nos estábamos exponiendo a un peligro de proporciones impredecibles?
Detection of #Ruthenium 106 in France and in Europe in late September : Results of IRSN's investigations and updated information on the plausibility of the origin of the releasehttps://t.co/C5ztzDniiDpic.twitter.com/1cMDrSxobk
— IRSN France (@IRSNFrance) November 9, 2017
Ahora, a punto de cumplir tres años de aquellos hechos, un equipo de investigadores de la Universidad de Leibniz de Hannover y la Universidad de Münster (ambas alemanas) han descubierto el origen de esta nube: una planta de reprocesamiento de combustibles nucleares ubicada en Rusia. Un fallo en los protocolos habría sido responsable de la liberación descontrolada del rutenio, tal y como se indica en el trabajo de investigación publicado en la revista científica Nature Communications.
Los investigadores descartan que la fuga tuviera origen militar y apuntan al fallo de un reactor. Aunque resulta imposible una distinción clara únicamente por la medición de isótopos radiactivos de rutenio, el estudio ha atendido por primera vez cuantificar los isótopos de rutenio estables en los filtros de aire que se liberaron con el rutenio radiactivo.
El lugar en el que se produjo esta fuga de un reactor
La fuga del rutenio que recorrió Europa y llegó hasta España también ha sido localizada. Como indican los investigadores, los estudios concluyen que la actividad de la nube y el desarrollo de su extensión permiten localizar la fuente en el sur de los Montes Urales.
El análisis de los elementos que se dispersaron en aquella nube permite distinguir un tipo específico de reactores de agua a presión rusos: la serie VVER. En todo el mundo quedan 20 reactores de este tipo, cinco de ellos en Rusia.
Con todo, la fuga se produjo en una central nuclear y no en el marco de una investigación de armamento nuclear, como se planteó en un primer momento. Es decir, se trata de un accidente civil, aunque el secretismo con el que operan las autoridades rusas en este tipo de casos dificulta llegar al fondo de todos los detalles.