Fue una reivindicación histórica y ahora se está extendiendo por todo el mundo. La legalización de la marihuana alcanza poco a poco más países y, entre estos últimos, se encuentran México, Uruguay, Canadá y Estados Unidos.
Algunos argumentos a favor de regularizar esta sustancia sostienen que se pondría fin al poder de las mafias, adulteraciones y que se podría rescatar una buena dosis de impuestos. Otros apuntan a que las drogas legales (el alcohol y el tabaco) son las más consumidas, por lo que legalizar la marihuana solo serviría para desvirtuar la percepción del riesgo que entraña esta sustancia.
Porque los efectos dañinos siguen siendo iguales. Ninguna persona sabe con certeza si posee genes predispuestos a padecer enfermedades mentales. Y esta sustancia las puede desencadenar.
Dejando de lado los posicionamientos sobre esta materia... ¿por qué hay tanto debate sobre regularizar esta sustancia después de que este tipo de argumentos fuesen un tabú durante décadas? ¿A quién le interesaría realmente que este tipo de medidas llegase a buen puerto?
La caída de la industria tabaquera y la apuesta segura en Bolsa
Uno de los principales beneficiados por el auge de la marihuana es la industria tabaquera, que se encuentra en plena crisis por la demonización del cigarillo e intenta reconvertirse con algunos productos como los cigarros electrónicos sin humo. Ante ello, algunas multinacionales como British American Tobacco o la hispanogala Altadis han movido ficha y ya cuentan con toda la infraestructura dispuesta para empezar a producir productos cannábicos.
Por ello, quizás, la matriz de Marlboro, Philip Morris, ha adquirido el 45% de la productora de marihuana Cronos Group, una empresa encargada de producir cannabis en Canadá con fines terapéuticos y recreativos.
"Invertir en el grupo Cronos como nuestro socio exclusivo en el emergente mercado global del cannabis representa una interesante oportunidad de crecimiento", confiesa Howard Willard, presidente de la filial de Philip Morris, Altria.
Ese anuncio se produjo en diciembre de 2018 y desde entonces las acciones de la empresa, la primera productora pura de marihuana que cotiza en Nueva York, no han hecho más que subir. El mismo día Cronos disparó su valor un 25% y Altria subió un 2%. En el momento en el que se escriben estas líneas, Cronos ya ha duplicado el valor que obtuvo tras la subida y Altria ha llegado a experimentar subidas de hasta un 20%.
La empresa asegura que tiene perspectivas de alcanzar un "rápido crecimiento" y no es para menos: toda la cadena de producción de tabaco se puede reconvertir en tiempo récord y penetrar en aquellos mercados en los que cada Gobierno legalice la marihuana. Un negocio redondo.
Canadá como centro de operaciones y una tarta que todos quieren morder
El país que ha tomado la delantera no es Holanda, sino Canadá. Se trata de la primera potencia del G20 que permite cultivar la planta en su territorio sin consecuencias penales, lo que ha llevado a establecer el país como centro de operaciones de aquellos que, también, esperan una futura regulación en España como comentaremos despuñes.
Los cálculos más consensuados fijan el negocio mundial de la marihuana en una cifra de 50.000 millones de euros. Un auténtico pelotazo sobre el que muchos ponen el ojo y no solo las tabacaleras. Hablamos de empresas de todo tipo de sectores que están empezando a encontrar socios en la tríada de empresas que controlan con mayor intensidad la producción de marihuana en Canadá: Aurora, Cronos y Aphria, todas cotizando en bolsa.
Algunas enseñas como la cadena de supermercados Lidl ya vende cigarrillos con menos del 1% de principio activo del cannabis en sus establecimientos de Suiza. No son 'porros' como tal, ya que tienen la cantidad mínima para venderse legalmente en los establecimientos del país alpino, pero el producto ya está ahí preparado para venderse como un auténtico cigarrillo con efectos psicoactivos en el caso de un cambio de regulación.
En el caso de Coca-Cola, sus intenciones pasan por establecer una alianza con Aurora para lanzar una nueva bebida que incluya marihuana. En principio, el refresco solo contendría su aroma y su sabor, pero no THC, el elemento que produce la sensación de encontrarse 'colocado'. Sin embargo, como en el caso de Lidl, el producto ya está ahí. Y hay quién habla de las bebidas de cannabis como el alcohol del futuro. ¿Acaso no se están tomando posiciones a la espera de una legalización y arañar la mayor cuota de mercado posible?
Esas alianzas también surten efecto en nuestro país. Uno de los casos más sonados es el de la crema facial con aceite de semillas de cannabis de Babaria, que se anunció a bombo y platillo destacando los beneficios que la planta puede tener sobre nuestro aspecto.
Un negocio que empieza a moverse en España
En España hay mucha gente moviendo ficha. Uno de los responsables de ello es la empresa estadounidense Freedom Leaf, que se ha hecho con el control de un invernadero en Valencia de 37.000 metros cuadrados donde han pasado de cultivar flores de pascua a producir cáñamo, la única variante del cannabis legal en nuestro país. Detrás de esa empresa se sitúa Richard Cowan, un empresario que en el pasado presidió la organización nacional de Estados Unidos a favor de la regularización de la marihuana, NORML. Un cambio de papeles, cuanto menos, llamativo en un empresario que ha conseguido llegar al podio de un sector en auge.
Otro empresario español del sector, Juan Abelló, ha aprovechado el uso medicinal de la planta para establecer alianzas con las empresas canadienses que se dedican al comercio de marihuana. Tanto Freedom Leaf como la sociedad de Abelló son las mejor posicionadas en este momento en el caso de que el Gobierno decida despenalizar en el futuro el comercio de esta sustancia.
Porque el negocio es altamente rentable. Los expertos en el sector agroalimentario llegan a calcular unos beneficios muy superiores a los que proporcionan los cultivos tradicionales como el albaricoque, el olivo o el almendro. La creciente aceptación social y la oportunidad de un negocio en el que está todo por hacer, son las causas de que muchos empiecen a ver con buenos ojos la legalización de esta droga.
Con el objetivo de sortear las leyes, algunos empresarios están recurriendo a los bufetes de abogados que últimamente se están creando bajo la especialización del sector del cannabis. Algunos letrados, que antes defendían a narcotraficantes, ahora se promocionan en internet bajo el reclamo "¡Monta tu propio club de cannabis!", "Asistencia jurídica 24 horas", "Garantizamos asesorameinto integral a los Clubes Sociales de Cannabis, desde los trámites para su constitución hasta la gestión completa de los mismos una vez puestos en marcha". Basta realizar una pequeña búsqueda en Google para encontrarse una larga lista de ellos en toda España.
El lobby de la marihuana en España
Las presiones para legalizar el cannabis en España, un mercado de 40 millones de personas constituido como la cuarta economía de la Unión Europea, son especialmente altas.
Todo ello ha llevado a la creación de auténticos grupos de presión, compuestos de abogados y lobistas ataviados con traje y corbata que están haciendo sus maletas hacia Madrid para llamar al timbre del Congreso de los Diputados. Una imagen muy alejada de los activistas que conocíamos hasta la fecha.
Una de esas personas es Ramón Morcillo, portavoz de Regulación Responsable (RR), unas organización que además cuenta con el apoyo de S&F, un despacho de abogados dedicado a este tipo de asuntos. Morcillo relataba en 2016 en un artículo de El Confidencial donde se trataba el asunto de los lobistas por qué había que regular el cannabis: "España es el país más potente de Europa, más que Holanda. Tenemos la feria más grande del continente (Spannabis), hay funcionando entre 800 y 1.000 clubes sociales, existen unas 1.200 tiendas de cultivos abiertas y empresas de semillas que facturan hasta 150 millones de euros al año, ya que en España se produce el 90% de lo que se vende en toda Europa".
El grupo de lobistas que actualmente trabaja en España intenta, sin embargo, dejar de lado el argumento económico que sí funciona en otros países porque, consideran, no funcionaría entre su potencial mercado nacional. Y, sobre todo, apelan al cannabis medicinal.
En este sentido, los partidos de reciente creación como Podemos o Ciudadanos son los que, a priori, se muestran con mayor disposición de regular la venta de cannabis. Ambos han acudido a varias manifestaciones en apoyo a la legalización de la marihuana y Pablo Iglesias ha llegado a utilizar el argumento económico que, precisamente, no llama tanto a los lobistas: "Nos conviene ser los primeros en hacerlo, es una oportunidad con grandes beneficios", aseguró en referencia a los ingresos que recibiría el Estado.
Esto se suma a la votación celebrada el 6 de junio de 2018 en el Parlamento Valenciano donde PSOE, Ciudadanos, Podemos y Compromís votaron a favor de una legalización controlada de la marihuana, con especial enfoque en el uso terapéutico. Precisamente, en Valencia y como hemos comentado, es donde se ha instalado Freedom Leaf.
¿Qué sucederá a partir de ahora con la marihuana? Por el momento no hay ninguna iniciativa en trámite con el objetivo de regular su distribución, aunque la aceptación social crece por momentos. Quizá por ello, muchas empresas ya se muestran vigilantes y moviendo ficha para coger su propio trozo de tarta en un mercado que aspira a ser muy suculento. Pero... ¿a qué precio?