Lo ha vuelto a hacer. Intereconomía, ese canal residual que no se avergüenza de hacer apología del fascismo a través de discursos de odio de todo tipo, ha lanzado un sketch en el que no ha dudado en pedir a Corea del Norte que se atreva a bombardear Barcelona.
'Gracias por nada', que se define como un supuesto espacio de humor y sátira política, informaba el pasado jueves 14 de septiembre sobre una de las noticias de la semana: "Kim Jong-un ha amenazado a Estados Unidos con causarle el mayor dolor posible ya que cuenta con misiles capaces de alcanzar no solo territorio americano, sino también Europa y llegar hasta la Península Ibérica, en concreto a Barcelona".
Mientras Rocío Manzano, copresentadora del programa, explicaba la noticia, el presentador, José Antonio Fúster, en un alarde de comicidad e ingenio se rasgaba los ojos haciendo alusión al origen asiático del líder norcoreano e hinchaba los mofletes 'bromeando' sobre el aspecto físico del mismo.
El esperpento no quedó ahí. Cuando Manzano menciona a Barcelona al final de su locución, su compañero lanza un chascarrillo fuera de lugar dedicado a los catalanes: "¿Barcelona? No hay huevos, Kim. ¡Dispara, vamos! Que ganamos todos. Dispara, que no tienes huevos".
Para concluir su magistral clase de humor, Fúster llamó a Kim Jong Un "bola de sebo" y "barrilete" mientras imitaba el cacareo de una gallina.
Denunciados por un sketh homófobo
Intereconomía tendrá que hacer frente a una denuncia presentada por Podemos por un sketch emitido también en 'Gracias por nada' en el que mezclaron homofobia y apología del fascismo.
Presentando una supuesta aplicación móvil capaz de reconocer la sexualidad de una persona a través de reconocimiento facial. Mediante una guionizada voz femenina en off, los presentadores y colaboradores del programa se prestaron al experimento para determinar que todos son heterosexuales. "Normal, soy del Atleti" o "Te lo dijo. Yo soy español, español, español" fueron algunos de los lamentables chascarrillos.
El colofón lo regaló Eduardo García Serrano, al que la supuesta app identificó como falangista. Él, orgulloso, se felicitó y abandonó el plató a ritmo militar con saludo fascista incluido.
