Surrealista situación la vivida durante la pasada madrugada del lunes 19 de junio. El terror llegó a todos los vecinos cuando vieron a un hombre paseándose por la calle con un cuchillo de 25 centímetros de hoja y dos de grosor por el distrito de Villaverde Alto (situado a las afueras, en la zona sur de Madrid).
En un primer momento todos pudieron pensar que se trataba de algo verdaderamente grave e incluso de un atentado . Pero no: cuando todos oyeron lo que el agresor gritaba, seguro que soltaron una pequeña carcajada, teniendo en cuenta, evidentemente, la completa gravedad de los hechos.
"Te voy a matar, te voy a matar por cobrarme nueve euros por cortarme el pelo", recitaba a plena voz el acusado por este suceso por toda la calle de Gómez Acebo. Todo fue denunciado a las 00:10 horas del lunes, mientras el autor, de nacionalidad egipcia, se paseaba con el mencionado cuchillo por toda la vía pública.
Cuando el acusado llegó a la zona en la que se encontraba su víctima, no dudó en lanzar su cuchillo, con la intención de asestar tres puñaladas contra su peluquero. El hombre tuvo buenos reflejos y consiguió esquivarlos, logrando salvar su vida y evitar al agresor sin ningún tipo de secuela.
El autor de este intento de agresión corrió para escapar de la zona, pero tanto su víctima, también egipcio, como toda la gente que estaba tomando un refrigerio en la terraza del bar frente al que sucedió todo, habían contemplado atónitos la escena y podían verificar la identidad del autor de los hechos.
Todos los que contemplaron los hechos llamaron inmediatamente a la Policía, que se personó en el lugar y que tomó nota de las declaraciones: un hombre de mediana edad, 1,80cm. de estatura, barba y camiseta blanca.
Al rato, varios vecinos de la zona llamaron nuevamente a la Policía alertando de la presencia de un hombre que estaba paseando por la calle con un cuchillo de grandes dimensiones. Ante esta situación, los agentes acudieron al lugar y le detuvieron para trasladarle a la comisaría del distrito de Usera-Villaverde.
Nadie comprende ahora por qué actuó así, ya que el día en el que el peluquero le cortó el pelo el hombre no mostró ninguna queja y estaba satisfecho con el resultado. Además, hay que reconocer que nueve euros tampoco es un precio excesivo para un corte.
Aún no sabemos si el acusado descubrió otra peluquería con unos precios más económicos o qué fue lo que realmente motivó que llegase a tomar una decisión tan drástica. Pero hay que reconocer que todo podría haber acabado muy mal, si no la víctima no hubiera sacado partido de sus reflejos.