La Eurocopa Femenina 2022 ha llegado a su fin y ha constatado que el futbol femenino europeo está viviendo uno de sus mejores momentos. La competición, que este año se disputaba íntegramente en Reino Unido enfrentaba en la final a la anfitriona, Inglaterra, con Alemania, siendo finalmente las británicas las vencedoras por 2 a 1.
La primera mitad del partido ha comenzado con la gran posesión Inglaterra, apostando por varios chutes a puertas y con controlar el partido desde los primeros instantes. A falta de 15 minutos para el final, las alemanas entraron en juego, y con varias acciones claras, se encontraban con una férrea defensa de las británicas. Con claras intenciones y oportunidades por ambas partes, el partido se marchaba al descanso con un empate a cero en el marcador, y por delante quedarían otros 45 minutos decisivos.
Después de un merecido descanso, las alemanas salían con ganas de sorprender y en el minuto 47 de partido ya tiraban a puerta con un disparo que podría ser decisivo, algo que pillo desprevenidas a las británicas. Este cambio solo hizo que la motivación en las inglesas estuviese en alza, siendo Ella Toone la que anotaría el primer gol al marcador en el minuto 63. Poco duraría la alegría en Wembley para las locales, que 15 minutos más tarde, Magull marcaría el gol del empate. La tensión estaba presente en el ambiente y no es para menos, llegando a la prórroga.
En el tiempo añadido la acción en el terreno juego estaba intacta desde el primer momento. Las futbolistas salían pisando fuertes y decididas, y las acciones eran rápidamente paradas por las defensas. Ante esta situación, se llegaba a la segunda mitad de la prórroga, siendo en el minuto 113 de partido cuando Chloe Kelly marcaría el gol definitivo, dándole el triunfo a Inglaterra ante un enloquecido estadio de Wembley.
Una competición que interesa
En medio de un mundo machista y heteropatriarcal, poco a poco los deportes minoritarios van ganándose un terreno muy batallado y en el que su presencia era prácticamente nula. Este es el caso del fútbol femenino, que en los últimos años ha dado un paso delante de seguridad y estabilidad, comportando algunos cambios en el comportamiento y dinámica social.
El claro ejemplo de que interesa se encuentra en el récord histórico que logró el Futbol Club Barcelona hace unos meses, donde casi 100.000 personas asisitieron al Camp Nou para disfrutar de la vuelta de la Champions League femenina. En el encuentro entre el Barcelona y el Real Madrid asistieron un total de 91.553 aficionados, en un evento que confirmaron que el deporte femenino podría llegar a interesar más que el masculino y que supuso la confirmación de que se tenia que federar y cobrar salarios acordes con lo que representan.
Más allá de la rivalidad en la pista, nos confirman que es un cambio social y una grandísima motivación hacia la igualdad en todos los sentidos. El deporte femenino y en concreto el futbol ha dejado de ser un prototipo de proyecto en el que ya nadie lo pone en juicio y en el que se está valorando como se merece por parte de una sociedad que necesitaba este revulsivo para admitir el nuevo paradigma.
Los datos del fútbol femenino en España confirman que hay un cambio histórico y en el que más allá del deporte en cuestión, se demuestra que el cambio social está ahí.