Hace ocho años la historiadora Rosa Ballester investigaba entre los documentos de la Organización Mundial de la Salud en Ginebra (Suiza) y sólo tenía en mente encontrar información que hablase de la poliomelitis en la España franquista. Encontró eso y mucho más. Y es que entre la montaña de archivos halló un informe en francés de 43 páginas con el título 'Informe sobre la organización de los servicios sanitarios en España. Misión efectuada entre el 28 de septiembre y el 15 de diciembre de 1967'. La investigación la llevó a cabo el doctor inglés Fraser Brockington sus conclusiones dan escalofríos.
En el artículo que recoge El País sobre este asunto, la historiadora asegura que nadie sabía de la existencia de dicho informe. Y resulta muy curioso porque el doctor que lo realizó fue el padre de la medicina social y como cuenta Rosa Ballester una de las grandes figuras de la salud pública en el siglo XX. Fraser Brockington fue catedrático de Medicina en la Universidad de Manchester y visitó la España franquista como consultor de la OMS para conocer los entresijos de la sanidad que ofrecía la dictadura. "No existen consultas de especialidad ni consultas para el cuidado prenatal, protección de la infancia, enfermedades venéreas y enfermedades pediátricas más que en las capitales de provincia", así definía el sistema de salud de 1967 Brockington. Para entender el panorama el doctor llegó a decir que la Sanidad española con franco era "peor que el de muchos otros países en vías de desarrollo".
Entre sus conclusiones también destacó que la Escuela Nacional de Sanidad no ofrecía la formación necesaria para que los médicos pudiesen desarrollar su trabajo de manera satisfactoria y también hablaba de "fracaso" en cuanto a la investigación en Salud Pública. También criticó que Franco no hubiese creado un Ministerio de Sanidad y que las competencias sanitarias se repartiesen entre los diferentes ministerios: la Dirección General de Sanidad era competencia de Educación y los hospitales de la Seguridad Social estaban bajo la jurisdicción del Ministerio de Trabajo. Para Brockington esta situación era insostenible y urgía "resolver esta situación".
La Seguridad Social
El caos en la Sanidad se debía, en palabras del hisotirado Esteban Rodríguez Ocaña, que acaba de publicar la traducción del documento en la revista Gaceta Sanitaria, a que tras el final de la Guerra Civil el bando golpista se repartió las distintas competencias. Por ejemplo los militares católicos se quedaron con el Ministerio de Gobernación y la Dirección General de Sanidad y los falangistas con el Ministerio de Trabajo y con el Instituto Nacional de Previsión. Desde esta última administración continuaron desarrollando el programa de seguros sociales diseñado por los distintos gobiernos de la II República española.
En el imaginario colectivo el seguro de enfermedad lo inventó el regimen franquista, pero Rodríguez Ocaña garantiza tras su investigación que esta ley ya estaba promulgada en julio de 1936 con el gobierno republicano. Sin embargo, sí que se creó en la etapa franquista el seguro de vejez e invalidez (1947) y el de desempleo (1961) unificándose todos en la conocida Seguridad Social en 1963, según explica el historiador y profesor de la Universidad de Granada en su libro 'Salud Pública en España. De la Edad Media al siglo XXI.'.
Asimismo otras expertas como la historiadora Jerònia Pons y la economista Margarita Vilar recalcan que lo que difundía la propaganda franquista no coincidía con la realidad, ya que por ejemplo la partida de presupuestos destinados a la Dirección General de Sanidad estuvo estancada entre 1943 y 1958. En su libro 'El seguro de salud privado y público en España. Su análisis en perspectiva histórica' aseguraron que en estos años el dinero total destinado a Sanidad no superó el 10'5% del presupuesto total del Estado. Y es que la despreocupación por la Sanidad era tal que el Ministerio de Sanidad no volvió a existir hasta dos años después de la muerte del dictador, en 1977. Por tanto, no existió una administración dedicada exclusivamente a la salud desde que los golpistas terminaron con la II República hasta la etapa de la Transición.
"Elegían qué niño moría y cuál vivía"
Aunque el panorama era desolador, Rodríguez y Ballester también reconocen que bajo la dictadura se erradicó la malaria y disminutó la mortalidad infantil. Pues antes de la Guera Civil morían 120 menores antes de cumplir el año de cada 1.000 nacidos, mientras que en Francia sobrevivían 80. En 1950 morían 70 y en la década de los 70 lo hacían 28 mientras que en Francia lo hacían 15, según la socióloga Rosa Gómez Redondo.
Sin embargo, si nos referimos a los menores que sufrían polio quedaban paralíticos o sin poder respirar con normalidad. En este sentido Ballester explica que las autoridades franquitas presumían de disponer en todas las provincias de respiradores, pero cuando los observadores de la OMS venían a España quedaban asombrados porque "había tan pocos aparatos que los médicos tenían que elegir qué niño moría y cuál vivía".