La situación judicial que sufrió la Infanta Cristina y la posible prisión de su marido, condenado a seis años y tres meses por su participación en el caso Noós, están suponiendo un 'duro trago' para la hermana del Rey Felipe.
A todos estos acontecimientos se suma la revisión de la sentencia contra Urdangarin, que podría suponer un aumento de la pena de prisión a una década. Además, el Rey Felipe VI no perdona la mala imagen que ha brindado a la institución que él dirige y su imagen se encuentra completamente manchada.
En mitad de esta situación, la Infanta ha suspendido sus visitas frecuentes al psicólogo y luce unas extensas ojeras que evidencian dificultades para conciliar el sueño. Más delgada, con la cara siempre desencajada, la Reina Sofía está intentando que regrese a España para vivir con ella.
Nadie en su entorno cercano confirma la situación, pero la Infanta se encuentra en un círculo depresivo. Se trata del estado anterior a la enfermedad, personas que no cuentan con un diagnóstico claro, pero que pueden desarrollar este duro trastorno si no reciben atención médica.
La visita del Rey Juan Carlos
El Rey Juan Carlos, su padre, no es ajeno a esta situación. Por ello, decidió viajar a Suiza el pasado 15 de enero para brindar apoyo en el 50 cumpleaños de Iñaki Urdangarin. Juan Carlos acudió con su esposa, la Reina Sofía y la infanta Elena con sus hijos, Froilán y Victoria.
No acudió a la cita el Rey Felipe VI, que mantiene su condena institucional y personal: no quiere tener relación con su hermana porque dificultó su proclamación como Rey y bajó la imagen social de la Corona a mínimos históricos.
Esta mala relación provocó que Felipe vetara a su hermana en el 80 cumpleaños del Rey Juan Carlos, celebrado unos días antes de su viaje a Suiza y al que no asistió su hija. Por el contrario, el resto de la familia al completo hizo acto de presencia.
El Rey Emérito obedece a los criterios de su hijo, en virtud de su reinado. Sin embargo, la Infanta criticó que la Corona cediese a los medios una fotografía en la que ella no aparecía y que provocó todo tipo de comentarios.
Mudanza a Madrid o Lisboa
Mientras tanto, la Infanta ya ha decidido que abandonará Ginebra en cuanto su marido ingrese en prisión. Urdangarin podría acudir a Soto del Real, Estremera o el penal de Badajoz. Estremera, donde ingresó Francisco Granados, es la mejor opción teniendo en cuenta la gran calidad y comodidad de sus instalaciones.
La Infanta, además, se está planteando la posibilidad de mudarse a Lisboa o Madrid, a pesar de que su entorno no lo apoya. Consideran que puede ser negativo para ella, pero la hermana del Rey no quiere tener que montarse en un avión cada vez que visite a su marido.
En ambas ciudades encontraría rápidamente trabajo, gracias a sus contactos, aunque prefiere Madrid. En cuanto a las prisiónes, Estremera sería la ideal, aunque Badajoz le otorgaría mayor intimidad en sus visitas.