La matriz de Zara, Inditex, se encuentra acelerando su proceso de cierre definitivo de tiendas. El grupo, dirigido por Pablo Isla, justifica este movimiento en dos motivos: ha visto cómo se ha consolidado su canal online durante la pandemia, que continúa en ascenso en la 'nueva normalidad' y también busca afrontar la crisis económica con un menor gasto en alquileres o personal (el grupo ha registrado pérdidas de 409 millones de euros durante el primer trimestre de 2020).
La situación durante este mes de julio ha sido especialmente intensa en el grupo: hubo un cierre cada dos días, sobre todo en su marca infantil Kiddy's Class y las juveniles.
Se trata de una quincena de cierres, solo en julio, a los que ahora se sumarán cierres en prácticamente todas las firmas. Aunque hay grandes damnificadas: las más afectadas serán Bershka, Pull&Bear y Massimo Dutti.
El giro de la firma gallega se diseñó antes de la actual crisis, aunque entonces se enmarcaba en el medio plazo: abandonar los establecimientos de pequeñas dimensiones en lugares poco concurridos para apostar por centros de gran formato en las principales vías comerciales. Ahora, con pérdidas en el grupo, esta situación se acelera.
El objetivo de este plan: no solo vender en el momento mediante una gran red comercial de tiendas, sino ser visto durante las salidas turísticas o paseos comerciales, hacer atractivo los productos en tiendas concebidas como 'show rooms' experienciales y confiar en que esos artículos sean posteriormente adquiridos a través de internet. De hecho, se espera que la venta online alcance el 25% del total de la facturación frente al 14% del a´ño 2019.
Sin embargo, la situación inquieta a los sindicatos, que denuncian falta de comunicación. El más beligerante ha sido Comisiones Obreras, que afirma no haber recibido las notificaciones sobre los cierres, de los que han tenido constancia a través de la plantilla. Por el momento, Inditex promete integrar a todos los empleados de las tiendas clausuradas en los establecimientos de mayores proporciones que irá abriendo, una operación que sin embargo se antoja muy complicada.
Zara también se ve afectada
Por el momento, las grandes afectadas por estos cierres son las marcas accesorias del grupo, pero la principal, Zara, no se muestra ajena. De hecho, Inditex ya ha comunicado a los trabajadores de su centro en Jerez de la Frontera (Cádiz), un espacio de cuatro plantas en el casco histórico de la ciudad, que bajará la persiana en esta ciudad de 210.000 habitantes.
En el caso de Zara, una firma que actúa como polo de atracción en zonas comerciales y que marca las tendencias del sector del 'fast fashion', también habrá cierres en zonas turísticas.
Una de las más sonadas se producirá en el puerto de Barcelona, además de los establecimientos que la firma mantiene abiertos en los aeropuertos de Barajas y El Prat.