Paula González consiguió hacerse con el maletín en 'Gran Hermano 15' tras un concurso en el que hubo de todo: amor y pasión con Omar Suárez, una ruptura después de que entrara su ex y volvieran a estar juntos, chillidos con voz de pito...
Por aquel entonces, Paula era una persona que se encontraba en una etapa determinada de su vida y ahora es otra completamente distinta, tanto física como mentalmente.
La ganadora del reality daba impresión de niña buena que nunca había roto un plato. Sus rabietas y pataletas hacían gracia por su aspecto y tono de voz, aunque ahora no tiene nada que ver: labios, pómulos, pelo, nariz y pecho son algunas de las cosas que Paula ha querido retocar de sí misma.
En septiembre de 2019, la propia gran hermana hacía una comparativa en Instagram, y añadía lo siguiente: "Tengo casi 25 años, llevo implantes en los pechos, rinoplastia, relleno en los labios, bótox en la frente, extensiones de pestañas, microblading de cejas, uso peluca y le pongo filtros a todo lo que pillo hasta parecer Pikachu". Y es que Paula no se avergüenza de haber recurrido a esos retoques. Se siente cómoda y feliz con su aspecto y no debe importarle nada de lo que le digan.
Apasionada del maquillaje y los tatuajes
Paula, además, es una apasionada del maquillaje y los tatuajes, de los que tiene el cuerpo repleto. Hace ya cinco años desde que "murió de amor" al ganar su edición de 'Gran Hermano', y ahora se dedica a la nutrición deportiva y la dietética, alejada de los focos, aunque cuenta con más de 460.000 seguidores en Instagram.
"Lo que más me ha chocado es darme cuenta de que que te conozca tanta gente puede influir que flipas en tu carácter y ver que me he podido convertir en una persona desagradable", declaró al hacer balance acerca de cómo le había cambiado la vida tras su paso por el programa. La joven, además, añadió en una entrevista con Yaiza RedLights que para operarte primero has de quererte a ti mismo, ya que si no lo haces por mucho que te operes siempre terminarás encontrando algo que no te guste.