Mayra Rosales fue considerada en 2015 'la mujer más obesa del mundo'. Con 470 kilos en su cuerpo y un grave problema de obesidad mórbida, Mayra era incapaz de levantarse de la cama sin ayuda y hasta de comer de forma autónoma. Sin embargo, tras someterse en 2015 a varias intervenciones quirúrgicas, su vida ha cambiado por completo. Mayra se sometió a una operacion de bypass gástrico que le permitió perder hasta 360 kilos de manera progresiva, y a varias intervenciones destinadas a eliminar el exceso de piel en sus extremidades.
Durante los días siguientes a la operación, la mujer perdió hasta 45 kilos y, tras varios años de dieta, ejercicio y unas cuantas visitas al quirófano; Mayra ha conseguido transformar por completo su aspecto físico, pero también su vida.
Ahora, la mujer se ha convertido en todo un símbolo de inspiración y esperanza para aquellas personas con sobrepeso. Mayra se siente orgullosa de ser considerada un ejemplo y ha explicado que en la actualidad continúa su tratamiento médico y mantiene una estricta rutina de ejercicio físico para reacondicionar su cuerpo y fortalecer los músculos que se encuentran debilitados por el exceso de peso.
'La Asesina de media tonelada'
Sin embargo, la historia de Mayra Rosales va más allá de su pérdida de peso. La mujer fue conocida en las medios como 'la Asesina de media tonelada' tras ser acusada en 2008 de matar involuntariamente a su sobrino al aplastarle mientras dormía. Ante un jurado declaró que que había aplastado a su sobrino Eliseo Jr, de 2 años de edad, por accidente. Pero su versión de los hechos fue contrastada con la autopsia del pequeño y la investigación forense determinó que la causa real de la muerte del menor se debía a una serie de golpes propinados en distintas partes del cuerpo, no a la asfixia.
¿La verdad? En marzo de 2008 Eliseo Jr fue trasladado al hospital tras presentar problemas respiratorios. Pese a los esfuerzos de los médicos por salvarle la vida, no lo lograron. Fue entonces cuando Jamie Rosales, madre del pequeño, convenció a Mayra para recrear la historia de una falsa muerte accidental para ocultar que ella torturaba y maltrataba a diario a su propio hijo, tal y como lo confirmó la investigación policial.
Durante los interrogatorios, Mayra Rosales no pudo sostener la mentira y confesó entre lágrimas que su hermana era culpable de la muerte del pequeño. La asesina cumple ahora una pena de 15 años de prisión en Texas y Mayra, que fue absuelta sin cargos, ha declarado que desconocía el maltrato continuado a su sobrino y continúa ahora su proceso de pérdida de peso.