Iñaki Urdangarín ha vuelto a solicitar ante el Tribunal Supremo que se le absuelva de los cargos por los que se les condenó en el caso Nóos. Según el cuñado del rey, él nunca se ocupó "ni de temas contables ni financieron ni fiscales". El pasado mes de agosto ya lo intentó presentándose ante el Alto Tribunal como un "amigable componedor" sin conocimientos legales.
El marido de la Infanta Cristina sigue convencido de su inocencia en el caso Nóos, por el cual ha sido condenado a seis años y tres meses de prisión por los delitos de prevaricación, malversación de caudales públicos, fraude a la Administración, tráfico de influencias y dos delitos fiscales. Tras presentar recurso ante el Tribunal Supremo, no se adoptaron medidas cautelares, por lo que no tuvo que entrar en la cárcel ni pagar fianza a la espera de que se resuelva.
"No se puede demandar al olmo por no dar peras", destaca en su escrito el exduque de Palma, según informa El Mundo. Así, pretende impugnar los recursos interpuestos por la Fiscalía del Supremo y la Abogacía del Estado, contra la sentencia dictada por la Audiencia de Palma solicitando levar su condena hasta los 10 años de prisión.
Urdangarín reitera que siempre fue un "mediador sin conocimientos en Derecho Administrativo", que logró gracias a sus "contactos deportivos e institucionales" que Baleares albergase unos foros sobre Turismo y Deporte o que patrocinara "al mejor equipo del mundo de ciclismo" siempre "con la conciencia de que todo se hacía correcta y legalmente". Así, descarga toda la responsabilidad en su exsocio y exvicepresidente del Instituto Nóos, Diego Torres.
Por estos eventos, el Instituto Nóos percibió más de un millón de euros públicos que luego Iñaki Urdangarín desvió a su bolsillo con facturas falsas. "El dinero percibido por la organización de ambos foros, 2005 y 2006, fue legalmente obtenido y aplicado, a pesar de lo suplicado por el Ministerio Fiscal", explica.
Por último, incide en la "inexistencia" de los delitos fiscales por los que ha sido condenado: "La Agencia Tributaria en sus distintos informes ha ido creando diversas teorías, cálculos, escenarios tributarios, con la finalidad de poder atribuir delito fiscal". Sin embargo, "en sede penal, la acusación debe ser siempre clara y precisa", concluye.
¿Por qué se ha juzgado a Urdangarín?
Durante el verano de 2007, el nuevo presidente balear, el socialista Francesc Antich, descubre un desfase de más 50 millones de euros en la construcción del polideportivo 'Palma Arena'. Ante las sospechas de que su predecesor, Jaume Matas, pudiera haber desviado fondos públicos en este contrato, el nuevo presidente dejó todo en manos de la Justicia.
Las autoridades empezaron a 'tirar del hilo', hasta que descubrieron toda una trama detrás. En 2010 estalla el Caso Nóos, simplemente una pieza separada del caso anterior, pero de mayores dimensiones.
En todo este entramado, tiene especial relevancia el Instituto Nóos, una supuesta entidad con fines sociales y sin ánimo de lucro que había presidido Iñaki Urdangarín desde el año 2003 y que había sido fundada por su mano derecha, Diego Torres en 1999. Al parecer, la supuesta ONG estaba recibiendo contratos públicos amañados desde las administraciones valenciana, balear y madrileña.
El socio de Urdangarín, Diego Torres, aparecía como vicepresidente y la propia infanta Cristina ejercía como vocal hasta la salida de su marido, en 2006, así como el secretario de la infanta, Carlos García Revenga, estaba registrado como tesorero. Todo ello, para atribuir una imagen de mayor credibilidad a la institución.
Sin embargo, el juez instructor, José Castro, no comprendía cómo durante todos esos años, el Instituto Nóos había consegudio tantos fondos cuando se trataba de una institución sin ánimo de lucro.
Al parecer, Iñaki Urdangarín empleaba a Nóos como sociedad pantalla para conseguir numerosos contratos públicos sin tener que pasar por un concurso público. A partir del pago que recibía Nóos, el dinero se repartía a través de un entramado societario distribuido a través de varias empresas radicadas en paraísos fiscales y que servían para ocultar un dinero obtenido de manera ilícita.
Para todo ello, era fundamental el papel de Urdangarín, cuya vinculación con la Casa Real le permitía acceder de manera directa a todos los presidentes autonómicos, nivel en el que mejor funcionó la trama.
De dicha forma siguieron operando hasta que en 2006 se encuentra la primera evidencia: el diputado socialista en el Parlamento balear, Antoni Diéguez, descubre un pago de 1,2 millones al Instituto Nóos para un Foro de Turismo y Deporte celebrado durante tres días y sin apenas repercusión. Según relatan varios medios, este suceso provocó que la Casa Real presionase para que tanto Urdangarín como la Infanta abandonaran la sociedad, algo que el propio Urdangarín confesó en sede judicial. Sin embargo, Nóos continuó con las operaciones hasta el estallido real del caso.
Los Duques de Palma llegaron a cargar a Aizoon facturas de 6.000 euros por el catering de sushi del cumpleaños de la Infanta hasta un viaje a Mozambique en 2008. Junto a todo ello, botellas de vino por 1.300 euros o dos noches de hotel en Nueva York por 800 euros. Recordemos que Aizoon contaba con todo el dinero que ambos podrían haber obtenido ilícitamente de las Administraciones Públicas.