El actor Imanol Arias ha participado en una entrevista con el medio argentino Infobae para promocionar su obra de teatro 'Mejor no decirlo'. El actor, ampliamente conocido por su papel de Antonio Alcántara en la popular serie 'Cuéntame', se une en escena con Mercedes Morán en esta nueva producción.
Durante la entrevista, Arias repasa sus inicios en el mundo de la interpretación y sus experiencias a lo largo de su carrera. El actor leonés expresa cómo, desde temprana edad, tuvo la determinación de seguir una vocación actoral, a pesar de la oposición inicial de su padre.
El intérprete también menciona la falta de afecto paterno durante su niñez y cómo, con el paso del tiempo y el éxito en la actuación, pudo superar esta carencia. "Mis padres no me besaban. Por lo tanto, soy un hombre lleno de afecto, necesitado de abrazos", reconoce.
Arias también habla sobre la influyente movida madrileña, sus problemas con las drogas y los conflictos con Hacienda, que en su momento lo llevaron a enfrentar la posibilidad de pasar 28 años en prisión por malversación.
"No voy a llegar a que me metan el chip"
Después de hablar acerca de su proceso judicial, Imanol Arias ha asegurado haber descubierto cómo son realmente los medios de comunicación. De hecho, reconoce que ha dejado de leerlos para evitarse más de un disgusto: "Ya no leo. No me interesan para nada las noticias. No leo periódicos, me entero de otra manera". No obstante, sí que reconoce tener un gran respeto hacia las redes sociales y hacia el futuro.
Pero Imanol Arias ha asegurado que no vivirá tanto como para que le instalen un chip en la cabeza: "Soy longevo, pero no voy a llegar a que me metan el chip aquí. La transhumanización la voy a ver venir y creo que me va a servir mucho más como artista que como persona, porque como persona no la voy a sufrir".
Agenda 2030
Todo ello para, a continuación, cargar contra la Agenda 2030. A pesar de que se trata de un plan de acción a favor de las personas, el planeta y su prosperidad, Imanol Arias ha asegurado que intenta buscar hasta el más mínimo resquicio para llegar al final de su vida sin cumplir sus recomendaciones porque "te asesina": "Si me recomiendan ahora mismo que beba agua del grifo, no la bebo porque sé que me envenenan. Somos unos vasallos felices metidos en una tecnología que nos facilita las cosas y que trabajamos para ella porque lo más importante no es lo que nos facilita, sino lo que nos conoce y lo que nos transforma".
Bajo su punto de vista, seguir este tipo de directrices nos está llevando hasta un punto de lo más oscuro hasta ahora inexplorado por el ser humano: "Creo que vamos a ser la sociedad más sumisa y más infeliz de toda la historia de la humanidad. Eso sí, con grandes logros y con grandes tipos rarísimos multimillonarios en lo tecnológico que se han adueñado del espacio, de la medicina, de la alimentación, del transporte e incluso de la moral".