Lunes 2 de abril de 2018. Han pasado 10 días desde que El Diario publicase que Cristina Cifuentes aprobó un máster con las notas falsificadas, aquel que terminaría con la carrera política de la aspirante a suceder a Mariano Rajoy. En el restaurante VIPS de la calle Padre Damián, en Madrid, se produce una misteriosa reunión que graban todas las cámaras de seguridad y que ahora aparece incorporada en el sumario.
Cifuentes se mantiene a cuestas en su cargo con el salvavidas de un acta del Trabajo de Fin de Máster que posteriormente sabríamos que estaba falsificada. Los estudiantes, sin embargo, ya empiezan a dudar y la Fiscalía decide abrir una investigación para depurar responsabilidades. La universidad sigue esta vía y cambia de versión tras apoyar ciegamente al catedrático Enrique Álvarez Conde, el director del centro en el que se cursaron los estudios de la polémica. Hay cosas que no concuerdan.
En ese momento los implicados temen lo peor y Álvarez Conde traza un plan, según relata el diario El Mundo: todos deben permanecer unidos y pactar una versión sin fisuras con la que defenderse del juez de manera efectiva. Hay que tener en cuenta que no se puede demostrar que el trabajo no existió si todas las personas implicadas mantienen que firmaron el acta.
Sin embargo, de las tres firmantes, las discípulas Cecilia Rosado, Clara Souto y Alicia López de los Mozos, hay una duda: Alicia. Ella pensaba que el papel no iba a publicarse y empieza a comprobar cómo los medios publican su nombre y la persiguen. Álvarez Conde, sin embargo, decide que es conveniente que su versión concuerde con el resto.
"Te tengo que meter en esto"
En la denuncia que Alicia López de los Mozos presenta ante la Policía Nacional, señala que Álvarez Conde le espetó lo siguiente: "Te tengo que meter en esto". Su propuesta, sin embargo, no es de su agrado y se termina resistiendo. A pesar de ello, cuando decide ver el informativo en su casa, descubre que el catedrático la está citando ante los medios y mantiene que sí hubo TFM y defensa.
Es entonces cuando habla con Álvarez Conde a través del teléfono. Su respuesta es la siguiente: "Haz lo que te pida Cecilia". Se refiere a Cecilia Rosado, profesora de Derecho Constitucional y, por el momento, la única firmante reconocida en el acta falsificada.
Esa misma tarde, Rosado se pone en contacto con Alicia y le pide "una foto de su firma" para incorporarla al acta que posteriormente aparecería en el famoso vídeo de Cifuentes, colgado a horas intempestivas y al grito de "No me voy, me quedo, me voy a quedar, voy a seguir siendo vuestra presidenta".
Ella firma y en el tiempo que transcurre hasta la reunión en el VIPS de Padre Damián, Conde se dedica a llamarla insistentemente para que mantenga su versión porque, si no, "van a ir a por ella".
Al día siguiente acudirán al despacho del abogado Juan Mestre con Conde, Cecilia y Clara, pero ella decide no participar. El día siguiente, El Confidencial publica que las firmas son falsas, dos días después declara ante la URJC que nunca vio a Cifuentes ni estuvo en el tribunal y una semana después lo denuncia ante la Policía, tal y como recoge el diario El Mundo.
Para evitar cualquier duda, Alicia pide a la Policía que investiguen las imágenes recogidas en el VIPS en el que se produjo la reunión, con el fin de contar con más pruebas de que no está mintiendo en su declaración.