Como ya ocurriera con Halloween, Estados Unidos ha conseguido exportar uno de sus días más emblemáticos: el Black Friday. Cada año, el viernes después de Acción de Gracias (esto es, el cuarto viernes de noviembre) las tiendas lanzan grandes descuentos que, aunque en un principio solo duraban ese día, últimamente se están alargando durante todo el fin de semana. ¿El resultado? Los compradores asaltan los comercios a la caza del chollazo.
1 ¡Rápido, que me lo quitan de las manos!
Cuando las puertas abren, la gente se transforma en monstruos y se llevan por delante todo lo que se interponga en su camino, como los detectores de alarma antirrobos. Vamos, que ni las colas del Primark de Gran Vía.
2 El Black Friday ha conseguido expandirse por todo el mundo
Lo que antes era exclusivo de las grandes superficies, ahora llega a todo tipo de comercios, por pequeños que sean. Incluso si son de quita y pon.
3 Para no dejar escapar ningún chollo, la gente hace cola en tiendas de campaña
Las tiendas (los comercios, no las de campaña) se inventan todo tipo de estrategias para atraer a los clientes impulsivos, como abrir a las doce de la noche, justo según comienza el Black Friday. Otras mantienen su horario habitual y la gente decide hacer cola durmiendo en tiendas de campaña.
4 Hay señoras que pierden la peluca...
Las avalanchas de personas a veces son tal que la gente se cae por los suelos. Ni la señora del abrigo verde de las rebajas sobreviviría a tal alud humano, vaya. Y claro, quien más y quien menos acaba perdiendo la peluca. Calma y discreción.
5 Dicen que los televisores se venden al peso
¿Por qué llevarte un televisor de 46 pulgadas pudiendo llevarte dos?
6 ¡Cuidado! La gente se pone muy agresiva
Es habitual que las tiendas vayan sacando ofertones sobre la marcha. De repente, traen un lote de teles baratas y las van dando como si fueran los churros del final de las fiestas del pueblo. Como siempre, el que se queda sin una se la intenta quitar al de al lado y hasta la policía tiene que intervenir.
7 Por el precio de una batidora disfrutas también del espectáculo
Nunca verás a tanta gente tan motivada y con los objetivos tan claros a la vez.
8 Cuando ya no queda nada, solo queda suplicar
Has perdido los mejores chollos, has perdido la tostadora con WiFi que querías, has perdido la peluca y hasta has perdido la dignidad: solo te falta rogar para que te dejen comprar lo poco que queda. Es tu último recurso.
9 Y recuerda, nunca merece la pena
Excepto cuando es un CHOLLO de los de verdad.