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La imagen que ilustra la crítica a la que se ven sometidas las mujeres por su apariencia

'The Lottery of Indecency': así se llama la imagen que está recorriendo todo Internet y que muestra que no importa cómo te vistas, ya que si eres mujer siempre serás criticada.

La prohibición de usar burkini en las playas de Francia ha creado un gran revuelo en las redes sociales. No solo por el hecho de poner en peligro la libertad religiosa de una gran parte de la población francesa (y mundial), sino también porque, una vez más, lo que se está juzgando es la apariencia física de las mujeres. Y nadie mejor que una mujer para ilustrarlo.

La mujer en cuestión se hace llamar en Twitter La Sauvage Jaune y merece la pena echar un vistazo a sus ilustraciones. Especialmente a la última, donde se muestra la hipocresía de la sociedad cuando se trata de juzgar la apariencia femenina.

Ilustración de La Sauvage Jaune
"Ilustración de La Sauvage Jaune"

La ilustración en cuestión se llama 'The Lottery of Indecency', es decir, 'La Lotería de la Indecencia'. En ella se muestran las dos caras de una misma moneda; una mujer está dividida justo por la mitad y, mientras que su mitad izquierda viste con pañuelo y lleva un burkini, la mitad derecha muestra el cabello, va maquillada y enseña tanto el pecho como buena parte de las piernas.

Es una imagen para reflexionar. Y es que en la parte izquierda se muestran las críticas que se les hacen a las mujeres que visten de una forma más recatada. Respecto al pañuelo, se dice: "¡Tú tienes un pañuelo! ¡Argh, mis ojos! ¡Tú eres claramente una sumisa!". Es la crítica que se hace de las mujeres musulmanas que deciden llevar pañuelo. Se dictamina que, justamente por eso, están alienadas por el machismo y están sometidas a los varones de su vida. Pero, entonces... ¿Por qué aparece también una crítica prácticamente igual de dura en la parte derecha de la ilustración?

El otro lado del rostro muestra a una mujer pelirroja, peinada y maquillada. Totalmente lo contrario a lo que se ve en el lado izquierdo. Pero también hay una crítica, dividida en dos partes y extremadamente contradictoria: "Pareces una puta con ese maquillaje. Si no llevas maquillaje, te estás abandonando a ti misma". ¿Cuándo hacemos las mujeres las cosas bien? ¿Qué tenemos que hacer para dejar de ser criticadas?

Una mujer es obligada a desvestirse
"Una mujer es obligada a desvestirse"

La cosa continúa como mero reflejo de la realidad. Mientras que se critica a la mujer por llevar un burkini, también se hace otro tanto de lo mismo cuando decide enseñar el pecho ("¡Oh Dios mío, un pezón (de mujer)! Tápatelo. Deberías estar avergonzada. No tienes respeto por ti misma"). Y, a la vez que se señala que llevar una falda demasiado larga tiene connotaciones religiosas que no deben consentirse, también se critica el hecho de llevar un pantalón demasiado corto; en este caso, las connotaciones son sexuales.

El mensaje es claro. Las mujeres somos criticadas constantemente, vistamos como vistamos. La imagen femenina ha dejado de ser algo nuestro (si es que alguna vez conseguimos que lo fuera), y ahora no es más que un objeto de consumo.

La autora de la ilustración ha dejado muy claro, de una forma muy sencilla, lo que piensa de todo el debate del burkini. Da igual cómo se vista la mujer de la ilustración; da igual que opte por llevar un burkini o que crea que un short puede resultarle favorecedor porque el resultado acaba siendo el mismo: es criticada, atacada e, incluso, despreciada. Así que el problema, a fin de cuentas, no es que una mujer haya decidido ir a una playa francesa en burkini: el problema es que es una mujer que vive en un mundo donde todas y cada una de sus decisiones serán cuestionadas única y exclusivamente por ser mujer. En algunas playas se penaliza el topless por considerarse demasiado sugerente (pese a que los hombres no tienen por qué taparse los pezones cuando van en bañador) y, ahora, también se penaliza todo lo contrario.

Es un vestido, no un sí
"Es un vestido, no un sí"

Hay quien se ha quedado en la superficie del problema. Aquí no se está debatiendo sobre si se deben portar o no elementos religiosos, pese a que la libertad religiosa es un derecho que debería ser considerado fundamental. Lo importante de la cuestión es que la policía obligó a una mujer a desnudarse por considerar inapropiada su vestimenta. ¿Qué es lo que hizo realmente esa mujer? Sencillamente, decidió que iba a ir a la playa, pero no iba a mostrar su cuerpo. No quería. Y nadie tenía por qué obligarla a desvestirse.

"Tenían que hacer cumplir la ley", diréis. Sin entrar en lo absurda que esa ley puede llegar a parecerme, me gustaría remarcar que había otras alternativas. La policía podría haberle indicado que abandonara la playa, explicándole la situación. Por ejemplo.

Llamarla 'sumisa' por llevar un burkini es exactamente lo mismo que llamar 'puta' a aquella que decide hacer topless. Ni la primera es una sumisa solo por ponerse esa ropa, ni la segunda se dedica a la prostitución por querer enseñar su cuerpo. Y es ahí donde tenemos que fijar nuestra vista y no en sí la mujer del burkini lo lleva obligada o no; porque, por otro lado, nadie le ha preguntado sus motivos para vestir así. Ni a ella, ni a todas las mujeres que llevan pañuelo, por ejemplo. Asumimos que lo hacen por imposición social pero no lo sabemos, porque no le hemos preguntado a todas las mujeres. Porque quizás son creyentes, quizás lo hacen porque respetan su religión y porque nace de ellas el querer hacerlo, al igual que muchos católicos van a misa los domingos o no comen carne los viernes.

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